Playa de arena blanca que invita a quedarse en este paraíso.
Leopoldo Bermúdez-Buitrago
| Colaboración para DIAaDIA
El istmo de Panamá en donde se estableció la pujante y maravillosa ciudad del mismo nombre fue descubierto por Rodrigo Galván de Bastidas en 1501. Sin embargo, no fue hasta el 8 de marzo de 1510, fecha señalada por sus actuales habitantes, pero que no aparece específicamente el día en algunos libros de historia patria, cuando se funda la que se considera es la única población establecida por los españoles en Panamá y que aún se mantiene habitada exactamente en el mismo sitio original de su fundación. Un importante evento histórico que ha pasado casi desapercibido por la población panameña y al que muy pocos le han prestado atención.
Se trata de Nombre de Dios, ciuidad que fue establecida por Diego de Nicuesa. Se dice que al llegar a Portobelo, Nicuesa fue hostilizado por los grupos autóctonos y prefirió erumbar su navío hacia lugares que consideraba más seguros. Al llegar al puerto de Bastimentos llamado así por el Almirante Colón en su IV viaje, fundó la hoy ciudad bajo este nombre pues exclamó a su llegada: "detangámonos aquí, en nombre de Dios" (Consultar Juan B. Sosa y Enrique Arce). Un emplazamiento colonial que Nicuesa consideraba más seguro, pero sin embargo, sufrió desde su fundación el embate inmisericorde de los grupos autóctonos que habitaban el área. Aún así, Nombre de Dios originó, en cierta forma, el servicio transístmico de mercancías ya que sirvió por muchos años de puerto para el trasiego de productos hacia distintas ciudades. La población fue destruida en 1596 y repoblada nuevamente a fines del siglo XIX hasta la fecha.
El Nombre de Dios que aún perdura, 500 años después de su fundación, está ubicado en la costa arriba de la provincia de Colón, específicamente en el Distrito de Santa Isabel. A esta población se puede llegar por transporte público o automóviles particulares. La ciudad cuenta con atracciones ecológicas que cualquier turista local o extranjero admirará por su belleza primitiva. Por ejemplo, se puede hacer senderismo (hiking) por sus manglares, e incluso, por partes del antiguo Camino Real. Sus hermosas y espectaculares playas son un festín para los sentidos. Una de ellas es Playa Damas que posee límpidas arenas y un mar donde se refleja el azul intenso del cielo caribeño.
En Nombre de Dios se encuentran varios hostales donde podrá pernoctar. Pero, si usted es aventurero y le gusta la naturaleza, podrá con seguridad acampar en las cercanías al centro de la población. Si se trata de alimentación, la espectacular comida caribeña está presente en esta histórica población. Por supuesto, si desea adquirir artesanías, Nombre de Dios ofrece hermosas y creativas ofertas artesanales confeccionadas por miembros de su población.
A pesar de la importancia histórica de celebrar 500 años de fundación, el trascendental evento carece de apoyo financiero para su celebración. Aún así, y a pesar de contar con un escaso presupuesto, la celebración no pasará desapercibida por sus habitantes.
No soy experto en historia y presento disculpas por cualquier error involuntario. Sin embargo, mi condición de panameño no me dejaba pasar por alto una fecha que está inscrita en la historia no sólo de Panamá sino del mundo entero.
Anímese, este verano visite la legendaria Nombre de Dios, la ciudad centenaria que abre sus puertas a propios y extraños para demostrar que 500 años después de su fundación, ofrece una oferta turística sinigual.