Esta carrera salió de Los Pueblos hacia Betania. El conductor era un señor mayor de 30 años, y notó que el usuario atendía cada mensaje del celular BlackBerry. Miraba de reojo, como quien no quiere la cosa, pero todo indicaba que quería decir algo.
Hasta que aprovechó la oportunidad y rompió el hielo.
Empezó a hablar de las bondades que tiene ese modelo de teléfono por el acceso a internet, pero a la vez por las cosas que ha visto cuando los clientes se van en el gusto con este aparato.
-"¡Si ese espejito hablara, compa! (Se refería al retrovisor). Usted no tiene idea de las cosas que yo he visto. A mí me da mucha risa ver a las mujeres cuando andan con ese teléfono en la mano, porque cuando paran el taxi y piden la carrera van todas 'po- pof' y se sientan guardando todo el 'glamour' del mundo, se aseguran de que todo está en orden, pero a los minutos se entretienen con el teléfono en la mano y van abriendo las piernas hasta que se les ven los pantis.
Ese teléfono es maravilloso, a mí me sorprende cada vez que me pasa eso, pues yo no entiendo cómo un aparato de esos es capaz de embobar a las mujeres de esa manera. Se ríen y hablan solas, se soban el cabello y es como si tuvieran a una persona delante de ellas.
Me ha tocado ver que, por lo menos, ellas piden la carrera y se montan.
A los minutos sacan su celular y tú das vueltas y cruzas una calle y la otra, pero ni siquiera están pendientes de por dónde uno las mete.
Si yo fuera malo, qué no haría, pero no tengo mente pa' eso. Por eso es que pasan los accidentes o se buscan una mala hora por abusar de la confianza. Todos no tenemos la misma mentalidad".