Una huelga general paralizó la ciudad india de Benarés, sagrada para el hinduismo, tras los atentados en los que hubo veinte muertos y cien heridos. La Policía sospecha que fueron cometidos por un grupo terrorista musulmán.
El Gobierno hindú cree que ese ataque pretendía dañar la convivencia entre las comunidades religiosas, por lo que declaró la alerta en todo el país.
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