Mañana inicia el año escolar y usted como madre o acudiente debe decirles a sus hijos que deben cuidar sus útiles y uniformes escolares, ya que esas prendas y artículos deben durarle nueve meses.

Por eso, decidimos darles algunos consejos que le ayudarán de mucho para que las pertenencias de su hijo o acudido luzca siempre como nuevas. Conversamos con la señora María Pineda, experta en el cuidado de esas prendas, ya que tiene tres hijos en edades escolares. Según ella, lo primero que una madre o estudiante debe tener en cuenta es la etiqueta donde dice de qué material está confeccionado, para así darle el debido mantenimiento.

Estos cuidados inician con un buen lavado, el cual es preferible hacerlo a mano ya que los uniformes son hechos de materiales muy delicados. Lavarla en la lavadora puede quitarle el color más rápido, además es común que le salgan las llamadas pelusas difíciles de quitar.

Antes de lavarla es recomendable separar la ropa blanca de la de color, para evitar que la ropa de color tiña la ropa blanca.

Recuerde que el algodón y la lana se encogen si se lavan con agua caliente.

Las camisas se lavan una vez a la semana con rocío y una pedacito de añil.

Si seca su ropa al aire libre, no la exponga directamente al sol, podrían dañarse los colores.

Al planchar es fundamental que escoja la temperatura adecuada para cada prenda.

Para evitar la suciedad, luego de planchar la pieza de ropa colóquela en un plástico. Si no quiere gastar los pantalones, lávelo más en las pretinas y las partes donde se suda más.

Evite que los pantalones y faldas de gabardinas tengan marcas brillantes del planchado, para eso ponga encima de la prenda un papel periódico.

LOS ZAPATOS

Dicen por allí que un buen calzado habla bien de uno, y es una frase a la que los estudiantes deben prestarle atención, pues los calzados se utiliza por mucho tiempo. Por lo tanto, evite mojarlos a pesar de que llueva.

En caso de que se le mojen ponga papel absorbente en el interior hasta que se sequen.

Algo muy importante es que no debe colocarlos al sol o cerca de una estufa o cocina.

Guárdelos limpios y sin aplastarlos, ojalá sea en su caja, para evitar que se deformen.