Es primordial que los jóvenes tengan una excelente comunicación con sus familiares desde que están pequeños para que, en casos de problemas, no sientan temor en pedir ayuda.
También los padres deben estar vigilantes, pero sin crear un ambiente de persecución en el que reinen las discusiones y las presiones, hay que recordar que es suficiente con la depresión que presentan.