Un buen ejemplo

Kathyria Caicedo | DIAaDIA

Ser maestro no sólo significa estar parado frente a un grupo de estudiantes y tratar de enseñarle lo que aparece en el plan de estudios. Convertirse en educador es una gran responsabilidad, ya que es una profesión en la cual los sentimientos, quiérase o no, están vinculados. Un maestro, sea hombre o mujer, tiene la obligación de convertirse en un buen ejemplo, ya que son las personas que más tiempo pasan con sus hijos y, por consiguiente, se convierte en sus principales figuras o ejemplo a seguir. Es por eso que los maestros deben tener en cuenta cómo convertirse en un buen ejemplo para sus alumnos. Así que le recomendamos lo siguiente:

NO DEBE ABUSAR DE SU LABOR

Es cierto que todo educador posee poder sobre su grupo, pero no debe abusar de él. Un buen maestro debe administrar racional y seriamente su poder, con un sentido estricto de justicia, porque no hay mayor violencia que la arbitrariedad. Aquel maestro que llegue a abusar del poco o mucho poder que posee frente a sus alumnos está provocando una actitud de abuso o de violencia hacia los demás. Como reza el dicho: "Todo en exceso es malo", así que procure equilibrarlo.

EVITE PERDER EL CONTROL

Lidiar con niños es un trabajo difícil, ya que se tiene que desarrollar una paciencia de dioses. Un maestro incapaz de controlar sus impulsos da luz verde a todo tipo de excesos por parte de sus alumnos, y al generar una violencia permanente en los niños más atrevidos provocará en los tímidos y en los pacíficos un estado continuo de temor. A veces los maestros creen que con excederse en su temperamento podrán controlar a sus alumnos, pero lo único que van a lograr es el efecto contrario.

ALEJESE DE LOS FAVORITISMO O LAS DISCRIMINACIONES

Lo peor que puede hacer un maestro es el dividir a sus alumnos según le caigan bien o no. En un grupo de más o menos 30 estudiantes es imposible que todos sean brillantes y que se porten bien. Es más, es una contradicción que todos los estudiantes tengan que ser iguales, ya que todos los seres humanos son distintos. La discriminación y la intolerancia son formas de ejercer violencia moral sobre sus alumnos, y un buen maestro debe procurar eliminar este tipo de comportamientos.

NO MIENTA

Sí, así mismo como en los mandamientos. El mentir a sus alumnos tiene un doble filo, ya que puede estar seguro de que lo descubrirán. Los pequeños tienen una facilidad para descubrir que han sido engañados. Y si lo hace, no sólo le perderán el respeto, sino que creerán haber aprendido que mentir es un recurso válido y lo usarán para abusar de otros.

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