Luego de varios años de trabajar como empleada doméstica, Ana Domínguez Valdés decidió un día dejar el empleo y levantar su propio negocio. Desde hace cinco años, Ana se dedica a la venta de artículos variados en la Avenida Central.

Con tres hijos que mantener y un escaso sueldo, las cosas se veían duras en casa, y aunque se trataba de un empleo seguro, esta mujer de 35 años no lo dudó y se lanzó sola a conseguir más para sacar adelante a su familia. "Yo empecé con cosas pequeñas, vendiendo artículos de B/. 0.50 y B/. 0.25, paquetes de ganchos, antenas, y juguetes", explica Ana, quien se despierta desde las seis de la mañana para arreglar las cosas en casa, y luego tener su puesto instalado a las 9: 00 a.m., cuando se inicia en las ventas. Algunas veces, esta trabajadora toma libre los miércoles, que son días lentos.

Poco a poco su mesa ha ido creciendo, los precios no han variado mucho, pero ahora hay más de dónde escoger. Usted puede encontrar desde linternas, hasta ganchos para el cabello, pañuelos, aretes, y más juguetes para los niños. Así como hay días buenos, así también hay días malos, pero en general lo que más vende son baterías y aretes, quizá por esto de la vanidad femenina.

Para Ana, es muy importante la ayuda y apoyo que le ofrece su marido. Igualmente, con esta nueva experiencia, ha aprendido a valorar su condición como mujer. "Con esto yo he aprendido que puedo tener mi propio negocio, y si Dios me da para poner un local, mejor".

SIN DESCANSO

A sus 35 años, Ana ya sabe lo que es trabajar siete días a la semana, durante doce horas diarias.