Quería nacer. El conductor del taxi 8R-6194, Edwin Chan, jamás imaginó que sería testigo del milagro de la vida.
Así le sucedió al llevar a una pasajera embarazada, desde Tocumen hacia el Hospital Santo Tomás.
Angelina Caballero presentaba fuertes dolores, por lo que en compañía de su esposo se dirigía a atenderse al hospital, pero cuando iban por el Corredor Sur rompió fuente.
Chan trataba de conducir más rápido, de repente un policía le salió al paso porque iba a velocidad; él trató de explicarle lo que sucedía; pero la unidad le sacó su arma de reglamento. Al darse cuenta, los dejó que siguieran; de pronto, sólo escuchó el llanto del bebé que estaba en manos de su padre.
Al llegar a urgencias, una doctora procedió a cortar el cordón umbilical y atender al bebé de inmediato. Todo esto, ante la mirada atónita de muchas personas y amenazas por parte de la seguridad y personal del hospital, que impedía la cobertura periodística.
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