Un viaje de pura adrenalina y diversión. Julián Felipe Navas, de 23 años, es un chico que sabe sacarle provecho a su experiencia de vivir a orillas del mar.
Él todos los fines de semana sale junto a su primo Erick Vidal García, de 20 años, a hacer pequeñas excursiones de media hora, a través de un bote desde Santa Clara hasta una piedra ubicada en Farallón, que está a quince minutos de la playa.
"A dólar, a dólar" el viaje, gritan desde su bote para que los bañistas que están en la playa se animen a hacer el viaje. Una vez que logran conseguir a 15 pasajeros como mínimo emprenden el viaje hacia mar adentro. Antes de salir, cada persona debe ponerse un salvavida como medida de seguridad.
La brisa y la curiosidad de llegar a la isla se hace intensa cada vez que avanza la lancha. Las personas se deleitan con el paisaje, la brisa marina y la playa. Al llegar a la isla, Julián detiene la lancha y tira el ancla para que los turistas tengan la oportunidad de bucear y nadar un rato. Ahí la profundidad es incalculable y sólo los valientes se atreven a tirarse.
Su primo, para hacer que los bañistas tengan confianza, se tira al agua. También trepa por un muro de piedra en donde se lanza de distintas formas. Luego, Julián, desde la lancha, ayuda a las personas a bajar. Luego de 15 minutos de curiosidad, las personas vuelven a subirse y a emprender el viaje de regreso.
Ambos chicos saben maniobrar muy bien la lancha, tanto así que contaron que desde niños han estado en el agua. La cordialidad y buen trato hace que cuantas veces la persona asista a Santa Clara desee hacer el viaje. Esa travesía la hizo Julián toda la tarde de ese sábado.
DIVERTIDO
Estos chicos proyectan confianza a pesar de que son jóvenes.