Es una víctima más de los maleantes. Daniel Alberto Carrizo, de 19 años, lavaba su automóvil en los estacionamientos de su casa cuando fue sometido por cuatro sujetos que portaban armas de fuego. Los delincuentes llevaron a Daniel por la puerta de la lavandería y posteriormente se introdujeron en la casa, en donde estaban los otros cinco integrantes de la familia.

Todos fueron atados de manos y tirados en el suelo. Este hecho ocurrió a las 8:30 p.m. del lunes en Hato Pintado, cuando todos los miembros de esta familia habían regresado de sus trabajos y de la universidad.

Dos de los delincuentes se fueron a la parte de arriba de la casa y empezaron a tirar en una bolsa las pertenencias robadas.

Los otros dos custodiaban a los rehenes, a quienes les decían que no les iban a hacer nada.

En cuestión de minutos, las unidades de la Policía Nacional llegaron a la casa. Al llegar y ver la manguera echando agua y las puertas abiertas, decidieron entrar.

Fue entonces cuando uno de los maleantes divisó a los policías y se registró un intercambio de disparos, en el que Daniel recibió un tiro en la cabeza.

Dos de los antisociales salieron heridos en la pierna. Uno de ellos es Gil Ernesto González, de 19 años, y el otro es un menor de 16 años. Ambos tenían armas nueve milímetros. Los otros dos están prófugos.

Max López, allegado a la familia, pide que se haga justicia y que no quieren que lo que ocurrió en este hogar, le pase a otra familia, pues es una pérdida muy dolorosa.

Alejandro, el hermano David, aún con las marcas de los zunchos con que le habían atado las muñecas, describió a Daniel como un joven obediente, que estudiaba Mercadotecnia en la USMA, asistía a la iglesia y ayudaba a su padre en el trabajo.

SEPELIO

Las honras fúnebres del joven serán mañana a las 11:00 a.m. en la Casa de Oración Cristiana, ubicada en Santa Elena.