Cuando vayas a buscar camarones al mercado observa bien que estos tengan un color brillante, un olor a fresco -no a amoniaco-, y además deben estar en su forma natural, no despedazados o triturados.
Otra recomendación es comprar los camarones con su caparazón, ya que si se cocinan con este se preserva más su sabor.
Si encuentras que los camarones no tienen una longitud uniforme, usualmente significa que fueron capturados en la pesca.
Normalmente los camarones cultivados son de tamaño mediano y uniforme. Estos últimos, por lo general, son de buena calidad, porque tanto los peces como los mariscos cultivados se cosechan en fincas y se procesan rápido para su comercialización.
LOS LANGOSTINOS
Al comprarlos, estos deben mostrar un caparazón brillante y duro, con aroma marino, evitando aquellos ejemplares con un ligero olor a amoniaco, prueba inconfundible de su falta de frescura.