Para elegir los mejillones debes tomar en cuenta varias cosas, tales como: deben estar bien cerrados, es decir, vivos y frescos. Si están semiabiertos, hay que golpearlos; si reaccionan, quiere decir que están bien. De otra forma, pueden encontrarse en malas condiciones.
Es convenientes consumirlos durante los tres días posteriores en que fueron sacados del mar.