Su abuelo la sienta en la hamaca del portal de la casa y juega con ella. (Foto: ROBERTO BARRIOS /EPASA)
Viola Guevara Gallimore
| DIAaDIA
Quien no cree en los ángeles no conoce a Hannah Yanneth. Cuando DIAaDIA llegó al hogar de los Gil, la pequeña estaba dormida. Como ya le tocaba despertarse, Sarita, su madre, la levantó y, aunque se pensó que estaría un poco malhumorada por el sueño, dejó a todos los presentes boquiabiertos al levantarse con una gran sonrisa que alegró la tarde.
Hoy la pequeña "panamesa" que le robó el corazón a todo el país cumple un año y siete meses y su recuperación, después de la gran operación a la que fue sometida el año pasado, en el Hospital de Especialidades Pediátricas (HEP), para ser separada de su hermana gemela Hannah Yinneth, ha sido satisfactoria.
La pequeña recorre su casa ubicada en Nuevo México en Chilibre, gateando y caminando de allá para acá. Y es que, luego de la intervención, la niña fue sometida a un par de meses de fisioterapia, para que cumpliera con las etapas de crecimiento que no había completado al estar unida por el tórax y abdomen a su hermana Hannah Yinneth.
Sarita explicó que las terapias fueron completadas y que cuando "Yan" cumpla cinco años será intervenida nuevamente, para que le puedan reconstruir el esternón y el ombligo. Los doctores le han manifestado que debido a la operación tan compleja a la que fue sometida es mejor esperar un par de años.
Su abuela Sara se dedica a hacerle de comer todo lo que a la niña le gusta y, según la señora, "come de todo"; uno de sus platos favoritos es la sopa, pero "ojo, el arroz no puede faltar".
En tanto, su abuelo Pedro, quien también vive para complacerla, se prepara para ir con su pequeña nieta a las romería del Cristo de Atalaya, en Veraguas, la próxima semana, en donde caminará con ella desde la entrada del pueblo hasta la iglesia. El año pasado fue con las siamesas.
FELICIDAD
La felicidad del hogar, ubicado en Nuevo México 2, es Hannah Yanneth. Luego de la separación, la pequeña Hannah Yinneth falleció semanas después pero, para la familia, su alegría y su espíritu están con su hermana, que la cuida desde el cielo.