¡Pongamos las cosas claras! Según la empresa Promociones y Eventos del Istmo, que preside Rogelio Espiño, somos en parte culpables de la decisión de cancelar el evento boxístico "Retorno a la gloria". Ellos aducen que la divulgación de los detalles de la velada ha sido escasa.

En mi opinión personal, eso es como buscar a un culpable con los ojos cerrados, donde el actor principal del desastre lo tenían frente a sus narices.

El ex campeón del mundo, el venezolano Eidy Moya, entrenaba en el gimnasio Crédito Latinos, que es la sede oficial de Promociones y Eventos del Istmo.

Ustedes dicen que Moya tenía un problema gastrointestinal que lo incapacitaba para entrenar. Sin embargo, se pudo conocer ayer, por intermedio de una fuente de entero crédito, que el púgil asistía todos los días al gimnasio.

El informante apuntó que hace tres semanas atrás Moya estaba en 128 libras, y que no se explicaba por qué en los últimos días llegaba al gimnasio en 144 libras.

En palabras sabias, nos dijo que "a un boxeador no se le puede cuidar como a un niño, a ver qué come, y no se le puede estar vigilando desde el momento que pisa un pie fuera del gimnasio, y mucho menos a un ex campeón del mundo como Eidy Moya, que debe saber lo bueno y lo malo. Te digo la verdad, Moya no quería pelear con Mauricio Martínez", apuntó el informante.

En conclusión, creo que lo más sabio hubiera sido buscar un reemplazo para que peleara con Mauricio Martínez y no suspender la cartilla alegando que los medios tienen parte de la culpa.