"El que quiere celeste, que le cueste", dice un conocido refrán. Bueno, éste hay que aplicárselo a el príncipe Carlos, pues deberá pagar un impuesto de unos 30 mil euros por el anillo de compromiso que le regaló a su prometida Camila Parker Bowles, ya que la sortija perteneció a su abuela, la Reina Madre.
Según el diario "Daily Express", el Príncipe de Gales infringiría la ley inglesa que regula las herencias familiares si no paga a Hacienda el llamado Impuesto sobre Bienes Gananciales.
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