Para muchos, esta quincena es una verdadera pesadilla, más para los que carnavalearon cuatro días y ahora no tienen ni para comprarse el real de menta, ni mucho menos para mandar a los hijos a la escuela el lunes. Bien reza un dicho popular: "Después del gusto, viene el disgusto" y aunque digan que nadie les quita lo "bailao", lo cierto es que las deudas no esperan, mucho menos el hambre. Para el próximo año, ¡a planear un buen presupuesto para los días malos!
|