Muchos panameños no recordarán que nombres como: Alberto Blanco, Alberto Zapata, Mario Méndez, Roberto Brown, Clovis Vergara, Óscar McFarlane, entre otros, fueron jugadores del cuadro titular de la Selección Sub-23 que participó en el torneo preolímpico que se jugó en Hershey, Pennsylvania, en el año 2000.

Otro poco tampoco recordará a José Luis Garcés, Luis Tejada, Jaime Penedo, Luis Henríquez, Víctor Miranda, Gabriel Gómez y otros, integrantes de la que estuvo en Guadalajara, México, en el 2004.

Pero sí saben que jugadores como Gabriel Torres, Román Torres, Christian Vega, Edwin Aguilar y Aníbal Godoy son titulares habituales en el equipo dirigido por el brasileño, nacionalizado costarricense, Alexandre Guimaraes, que comienza hoy con un grupo de 20 guerreros, una nueva aventura llamada Beijing.

La travesía por Hershey, Pennsylvania, no fue del todo halagadora para el seleccionado panameño, al lograr un empate a un gol con Guatemala y caer 3-0 ante México, truncando así su aspiración para estar en los Juegos Olímpicos de Sydney 2000.

En Guadalajara, México, donde buscaban ir a los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, se corrió con mejor suerte, ya que se ganó un partido que fue 2-1 ante Canadá, y se perdieron dos, uno contra Estados Unidos 4-3 y otro ante Honduras, precisamente su rival de hoy, 3-1.

Pues bien, a diferencia de otros torneos donde nuestros seleccionados van a participar, he notado que a raíz de la gran actuación del elenco panameño ante Costa Rica, cuando los eliminó en la tanda de penales, el fanático del fútbol le tiene más confianza a estos muchachos.

En otros tiempos solía escuchar que el combinado nacional "vendría con el saco lleno de goles"; "no pasarán de esta ronda"; "seguro que pierden los tres juegos". En este caso no es así, porque los jugadores han demostrado que tienen garra y, sobre todo, talento.

Esperemos que a partir de hoy esa garra y ese talento se refleje dentro del terreno de juego durante los 90 minutos, y poder darle así la satisfacción a este pueblo de estar el fútbol, por primera vez, en unas olimpiadas.