Amor de madre. La señora María Rivas Córdoba ha luchado con su hija, a pesar de que el destino le jugó una mala jugada.

Ella perdió todo en un incendio en el que su hija discapacitada casi fallece. Esto sucedió en Curundú, por lo que se mudaron al área de Arraiján, específicamente a la barriada 13 de Febrero.

Rivas, quien no trabaja y sufre de reumatismo, solo pide que la ayuden para seguir adelante con su hija Paulina Rivas, ahora de 21 años, y quien quedó en silla de ruedas cuando a los dos años de edad, le dio una fiebre muy alta. Además, sufre de ataques epilépticos.

La entrevistada explicó que antes lavaba ropa y planchaba, pero ahora no puede hacerlo, por su enfermedad y porque tiene que dedicarse a Paulina, cada vez más enferma y cuyos medicamentos son caros, pero los tiene que comprar porque no tiene seguro social. Afirmó que va a la iglesia Virgen de Guadalupe, donde le dan ropa de segunda.

Su hija necesita pañales desechables y una cama para poder dormir mejor, pues la que tiene se encuentra en mal estado.

MUY COSTOSO

Un taxi le cobra 23 dólares a ambas para llevarlas hasta el hospital Santo Tomás a recibir atención médica.