Los cuerpos de 145 víctimas de la explosión de un depósito de armas hace una semana en Brazaville recibieron hoy sepultura, tras una ceremonia a la que asistió el presidente de la República del Congo, Denis Sassou Nguesso.
El acto, celebrado un ritual ecuménico, se desarrolló en el Palacio de Congresos de Brazaville y contó con la presencia de familiares de las víctimas del suceso, ocurrido en el cuartel del regimiento de blindados de Mpila.
En el accidente, más de 2.300 personas resultaron heridas mientras que cerca de 14.000 quedaron sin hogar, según datos del Gobierno congoleño.
A la ceremonia acudieron también representantes de gobiernos de países vecinos como la República Democrática del Congo (RDC), la República Centroafricana o Angola, así como diplomáticos acreditados en el país.
Una decena de familias musulmanas enterraron a sus seres queridos según el rito de su fe religiosa, sin esperar al funeral oficial.
También los cuerpos carbonizados de algunas víctimas, en su mayoría jóvenes reclutados del cuartel militar afectado por la tragedia, cuyo número no ha sido facilitado por el jerarquía de las Fuerzas Armadas congoleñas, fueron enterrados anteriormente.
Se desconoce aún el número exacto de víctimas de la explosión, pues se supone que permanecen en los escombros cuerpos sin vida y hay personas que buscan en vano a familiares dados por desaparecidos desde el accidente.