Ya llegó la época escolar, y una de las preocupaciones que tienen los padres es el rendimiento académico de sus hijos. Pero hay un dolor de cabeza peor, y es cuando los jóvenes llegan a la adolescencia. Según afirma la doctora Juana Herrera, directora del Instituto de Salud Mental, la peor época para ser buenos administradores como padres es la adolescencia.
La especialista explicó que, históricamente, se ha dicho desde que los pediatras se han organizado, que la crisis de la adolescencia es difícil porque, en ese periodo, los padres, los abuelos, tatarabuelos y demás seres se enfrentaron a una situación de que uno es adolescente y está grande para que no le den el privilegio de niño, pero no es tan grande como para que le den los privilegios del adulto. Por lo que ella aseguró que el chico se encuentra en una situación de relación familiar difícil, porque para una cosa es un niño y para otras cosas es más adulto.
LLAMAR LA ATENCION
Otro punto que señaló la especialista es cuando los chicos comienzan a tener conflictos con los padres, porque algunos son proveedores de dar todo lo que tú quieras. La zapatilla pretty, el pantalón a la moda y les dan la plata, pero cuando tienen que ir a comprar las cosas, la frase popular es: “Te doy lo que quieras, pero tú lo compras". ¿Y la relación del día a día? Aseguró la doctora que no existe, ya que el padre está ocupado o porque la madre está trabajando para satisfacer las necesidades de todos.
Ella afirmó que hay que preguntarles a los hijos qué quieren. "¿Cuándo le han preguntando al o a la adolescente qué es lo que quiere?, ¿si cambiaría muchas de esas cosas por un poco de compañía?, ¿si quiere estar con sus padres? o ¿si querría menos de eso, pero más acercamiento con la familia?”, señaló la doctora. Por lo que arguyó lo siguiente: "No les preguntamos, somos los padres y mandamos, así que tomamos las decisiones. El estilo de manejar la vida donde hay adolescentes tiene que cambiar; no es el niño que le pones la ropa que te da la gana, no es el niño que se sienta y tiene que comer porque si no lo hace no quiere a su mamá, o se porta mal; el estilo es un estilo negociador y esto es para todo".
SI EL CHICO VA BIEN Y SE PORTA MAL EN LA CASA
La doctora nos dijo que cuando se da, algo está pasando en la casa porque, por ejemplo, no se han puesto los límites adecuados o porque los padres deben cumplir con lo que dicen. Acotó que tú no puedes decirle a los chicos: sal bien en la escuela y el fin de semana te voy a llevar al cine y no lo haces, porque salió cualquier trabajo, cualquier cosa importante y no le dices con tiempo que no lo vas a cumplir. "¿Cómo te sientes tú si te invitan a un lugar y te dejan plantada? Mal, ¿verdad?, y eres una adulta. Un niño se siente desvalorizado porque cree que no lo quieren, comienza a tener un concepto diferente de la vida; por eso, hay que tener cuidado", afirmó.
RECOMENDACIONES DE LA ESPECIALISTA
Los hijos son seres humanos y son el reflejo de lo que nosotros les enseñamos. Si grita, ellos aprenderán a gritar; si dice mentiras, aprenderán a decir mentiras; si son violentos, lo serán; si son inconsistentes con sus valores, lo serán. Que quede claro que ellos, los hijos, son el espejo de los padres. Si hay algo que les molesta de su hijo, tienen que preguntarse si es algo que tiene y que no ha resuelto. Es algo que le pasó y no resolvió.
Si tiene hijos en época adolescente, debe sentarse a hacer una negociación participativa. Hay cosas en el hogar que hay que asumir, responsabilidades mínimas; aunque sea sacar la basura, es tu responsabilidad. Si negociamos algo, hay que cumplirlo.
No haga un problema si están con amigos que no le gustan. Si los chicos están en la escuela, pueden ser buenos estudiantes o buenos compañeros y por eso los eligieron. Lo que tienen que preocuparse es en darle un seguimiento.
"Te voy a dar cierta libertad, pero todos los viernes quiero saber el resultado". Tiene que ir antes de que acabe el bimestre a la escuela. Hay que conversar con el consejero, si ellos todavía están bajo su tutela, para ver cómo va el comportamiento. Asistir a las reuniones. Si dice: “Yo no tengo tiempo para perder, estoy trabajando y no tengo tiempo para ir allá”, ponga un alto a esos mensajes.
Hay que tener cuidado con lo que expresan, los pueden herir mucho emocionalmente. Si el chico no va bien, hay que ponerle pautas. Las reglas del juego se ponen cuando comienza la escuela.
Nadie va a jugar fútbol y cambia las reglas a mitad de partido, el que mete gol es el que gana y el que patea es expulsado.
Tienes un buen rendimiento, te voy a dar tus permisos, pero limitados. No es libertad total.
La participación en la casa: Ellos cuidan la casa mientras tú les das un nivel de responsabilidad; por eso, siempre dicen: “Mira, yo limpié y mi hermano puso eso allí”.
Por último, dijo la doctora Juana, hay que recordarles todo el tiempo cuánto los aman. Abrazarlos, no en público porque les da pena, pero en la casa. Decirles lo orgulloso que están de ellos. No hay nada que pueda contra eso. Un chico que se sienta amado, que se siente querido y respetado y participa con su familia, es un chico que no te va a estar haciendo cosas inadecuadas en la calle. Espere más datos mañana.
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