"Ey, tú eres periodista de farándula. ¡Qué chévere! Vas a todos los conciertos y conoces a los artistas", es la típica frase que amistades y hasta colegas nos dicen al enterarse que somos comunicadores de esta área. Ja, ja, ja, Eso me da risa porque no es tan fácil y chévere como muchos creen. Detrás de todas esas palabras, se encierra un trabajo arduo, dedicado y, sobre todo, difícil, que no cualquiera lo hace.

Amigos, es verdad, conocemos a los artistas, pero superficialmente, escasa media hora cuando se hace una conferencia, o unos minutos cuando la entrevista es personalizada. Les digo algo. Eso no es nada del otro mundo, esas llamadas estrellas son personas como otras, de carne y hueso, solamente poseen una linda voz y en muchos casos, poco talento. Pero, eso es harina de otro costal.

Ir a un concierto o cubrirlo, mejor dicho, no es tan sencillo, pues en diversas ocasiones son los propios organizadores los que nos ponen muchas peñas que tenemos que saltar para poder entregar un trabajo limpio y digno al público. Llegar temprano para que te dejen entrar y estar de pie más de tres horas, ya que nunca habilitan un área para periodistas, son algunas de las penurias que pasamos cuando vamos a los famosos conciertos. Y eso que no les describo lo mal que nos acoge la seguridad del evento. ¡Fatal! Ejemplo de todo lo que hemos dicho, ha sido el show de Eros Ramazotti, que vimos en un cuartito que tenía las bocinas dañadas. Otro fue el de Chayanne, que estuvimos que estar de pie, lejos de la tarima y, por supuesto, las decenas de conciertos en que tenemos que esperar que "sobre" un puesto para poder sentarnos. En fin, son tantas cosas que nadie hace nada por mejorar y tampoco se queja, sin embargo, hoy lo haré yo. ¿Hasta cuándo? ¡Esperamos que cambie!