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"Perdonamos a los homicidas"
El 20 de febrero, Daniel, en la fiesta de cumpleaños de su papá le expresó todo su amor. Para Carnavales fue a Costa Rica a un retiro. (Foto: ERICK BARRIOS / EPASA)

Carolina Sánchez P. | DIAaDIA

Aceptaron el propósito de Dios. A pesar de haber perdido un hijo, los padres de Daniel Alberto Carrizo Jiménez, perdonaron a sus homicidas.

Y es que, el lunes pasado la tragedia llegó a la familia cuando cuatro delincuentes ingresaron a su casa, en Hato Pintado, para robar, y en medio de un enfrentamiento con la Policía, el joven, de 19 años, recibió un disparo en la cabeza.

Ayer, en medio de las honras fúnebres, armados de valor, los cinco integrantes de la familia Carrizo subieron al podio de la Casa de Oración Cristiana en Santa Elena para agradecer el apoyo recibido por las personas.

Rolando y Elba, padres del fallecido, manifestaron que el día del suceso Dios estaba en su casa, porque con las más de 80 detonaciones que se dieron, pudieron haber muerto todos. "Murió mi hijo, pero creo que si Dios lo escogió es porque él era quien estaba preparado", aseguró don Rolando.

Los dolientes solicitaron más seguridad a las autoridades, pues no quieren que esto ocurra en otra familia. Dicen que cooperarán en todo lo que puedan para contrarrestar la delincuencia.

Amigos, conocidos y familiares escribieron mensajes de cariño solicitando paz y justicia. Vestidos de blanco realizaron una romería hacia el Jardín de Paz, esto, con el propósito de enviar un mensaje de paz a la sociedad e iniciar una cruzada en contra de la delincuencia.El pastor Hermes Espino recordó cuántas veces Daniel corrió por los pasillos y que era un líder con un gran poder de convocatoria.

CONDOLENCIAS

Los amigos de Daniel colocaron globos blancos que luego soltaron, en donde escribieron la palabra paz, y carteles solicitando alto a la violencia.

MENSAJE DE SUS PADRES

"Un 19 de enero de 1991 Dios puso en nuestras manos la vida de nuestro cuarto hijo. Inspirados por el personaje bíblico de aquél que fue ejemplo de fidelidad a Dios, aun a pesar de los peligros que representó sostener su fe, decidimos llamarle Daniel; cuyo significado es "Dios es mi juez".

De meses, Daniel creció siendo un niño siempre alegre, muy bien portado, obediente y con un temperamento pausado y complaciente. A sus tres años desarrolló una alergia cuyas crisis constantes no le permitían asistir con la frecuencia que el pre- escolar requería y, a la larga, esto le trajo tropiezos en sus primeros años de primaria.

Sin embargo, le enseñamos según Filipenses 4:13: "todo lo podemos en Cristo que nos fortalece", que si se empeñaba en estudiar, Jesús le fortalecería. Comenzamos a trabajar en él con una metodología de estudio que le resultara efectiva, mas a la vez, cada noche como madre le decía: "los que confían en Dios siempre tendrán nuevas fuerzas, podrán volar como las águilas...", para levantar su ánimo y motivarle, recuerdo que le preguntaba: ¿Quién eres Daniel?, y él decía: "soy un águila mamá...".

Como padres lo educamos bajo los principios bíblicos, los cuales no sólo acogió, sino, lo más importante es que los vivió. Como integrante del Ministerio de Jóvenes de Casa de Oración Cristiana siempre fue un fiel voluntario, de hecho en diciembre pasado, le dieron un reconocimiento por su asistencia y participación en todas las actividades. Realizó dos giras misioneras a Puerto Indio, Darién, para enseñar a niños Emberá Wounaan acerca de los valores cristianos. Los niños de Puerto Indio le tomaron tanto cariño que hasta por un par de meses más, todavía invertían sus pocos centavos, para llamar a Daniel a su celular.

Daniel era un chico muy especial, caballeroso, amigable, siempre de buen humor, con una dulce sonrisa en sus labios. Era un consejero para sus amigos, siempre dispuesto y muy servicial.

Hemos recibido cientos de mensajes de sus amigos aquí en Panamá y en el extranjero, que reconocen en él todas estas cualidades. De hecho, el verso que hemos colocado en este escrito, bajo su foto, se lo escribió a una amiga a las 3:34 p.m. del día en que partió a la presencia del Señor. *(1)

Hoy honramos a nuestro hijo, Daniel, como un príncipe de Dios, una vida especial, un hijo, hermano, nieto, sobrino y amigo admirable, comprensivo y amoroso.

Gracias te damos Señor por su vida... ¡Tú eres su Juez Justo!".

*(1) "Por tanto, no tengan miedo, pues yo soy su Dios y estoy con ustedes. Mi mano victoriosa les dará fuerza y ayuda; mi mano victoriosa siempre les dará su apoyo". Isaías 41,10.





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