Es muy responsable en su trabajo. (Foto: JESÚS SIMMONS /EPASA)
Jesús Simmons
| DIAaDIA
Su pasión es la cocina. Desde que era un pequeñín a Modesto Saavedra Santamaría le encantaba jugar a ser un gran chef, que le preparaba exquisitos platillos a sus amiguitos del barrio.
En la actualidad, esos sueños no están lejos de la realidad, pues desde hace nueve años Saavedra labora como cocinero para el comedor Divino Niño, ubicado en el populoso barrio de San Joaquín.
Lo que más lo llena de felicidad es ver a los niños contentos cada vez que saborean los alimentos que con tanto amor les prepara, o cuando los pequeñitos se le acercan y le dicen que la comida estuvo muy rica.
Además se siente feliz de saber que gracias a su trabajo y al de Alfredo Rosas, fundador del comedor Divino Niño, el de los colaboradores y de todas las entidades que hacen llegar sus donaciones, cientos de niños tienen algo que llevarse a la boca todos los días.
La titánica labor de Modesto empieza todos los días muy temprano, porque es consciente de que a las 12: 00 p.m. en punto la comida debe estar lista, para que los niños vayan a la escuela con el estómago lleno y así tengan ánimo de estudiar.
También se preocupa por los que salen de la escuela, ya que antes de llegar a sus casas deben pasar por el comedor, pues muchos no tienen nada que comer en sus hogares.
Para Alfredo Rosas, fundador del comedor, Modesto es un ángel porque nunca lo ha escuchado lamentarse por nada, ya que siempre tiene una palabra de aliento y una sonrisa para todos los que le tratan.
Por esto, lo que más le preocupa a Rosas es que Modesto, quien llegó al comedor hace 9 años por medio del Ministerio de Desarrollo Social (MIDES), no tenga una permanencia. Por lo que le gustaría que el MIDES evaluara el trabajo excepcional que hace por los niños de San Joaquín y lo recompensaran con la permanencia.
CON AMOR
Modesto asegura que cada comida la hace con mucho amor para los niños.