Negocie con ellos

Larissa De León Gutiérrez | DIAaDIA

Como les dijimos ayer, la adolescencia es una de las etapas en la que los padres sienten que el mundo se les viene encima, y todo porque no logran ponerse de acuerdo con los hijos.

Pues, hoy le daremos otros datos importantes para que usted logre tener una mejor relación con sus hijos, según datos suministrados por la doctora Juana Herrera, directora del Instituto de Salud Mental.

La doctora acotó que uno de los puntos en que los padres no se ponen de acuerdo con los hijos, es en las amistades que eligen, la manera en que contestan, su forma de vestir y mucho más. Por eso, explicó que todo puede tener solución con un poco de respeto y negociación.

RELACION DE PARES

En este punto, la doctora Juana hizo un hincapié, y es que dice que ser un niño para unas cosas y adulto para otras, es lo que lleva a los jóvenes a la relación de pares, a salir con grupos de amigos con los que se identifica más, porque están pasando la misma situación y tienen los mismos gustos. Es más, aseguró que los buscan porque están en la misma época, bien sintonizados, y allí­ es donde comienzan los conflictos con los padres.

Explicó la doctora que, al no tener los padres las herramientas adecuadas, comienza a haber una disputa, una batalla campal, porque los hijos los ven como personas pasadas de moda, que son unos Jurassic Park, dinosaurios, y les ponen miles de nombres. "Los padres, ven a los chicos con unas modas horrorosas y les dicen que así­ no van a salir, porque les van a hacer pasar pena y entra una batalla campal innecesaria", manifestó.

"Si los padres hacen un análisis de cuando ellos estaban adolescentes, usaron pantalones a la cadera, basta de elefante, suéteres pegaditos, sandalias romanas hasta arriba, hot pants, una cantidad de cosas que para los abuelos en ese momento eran un escándalo.

No pierdan la relación afectiva con sus hijos por cosas de ese tipo. "Cuando ellos sean adultos, se van a vestir adecuadamente para ir a su trabajo", afirmó Herrera.

HAY QUE NEGOCIAR

En cuanto a lograr que los hijos tengan otras actitudes, dijo lo siguiente: "Uno tiene que negociar y algunos padres son recalcitrantes y dicen: 'por qué tengo que negociar con mis hijos, si el que paga las cuentas soy yo'. Craso error, esa empresa va a fracasar, usted puede pagar la orquesta y pedir la música que quiera, de forma diferente. Eso es lo que tenemos que hacer con los adolescentes".

¿QUE HAY DETRAS DE SU CONDUCTA?

"La rebeldí­a puede ser una conducta normal en todos los adolescentes, pero hay que negociar para que ellos puedan tener participación en las responsabilidades de la casa y también tengan los privilegios que les va correspondiendo al ser un chico más grande. Al igual que la negociación, que si vas bien en la escuela eres maduro, tengo que considerarte maduro para otras cosas. Hay chicos que van súper bien en la escuela y los papás no les quieren dar algunos permisos porque quién sabe que te pueda pasar, eso va desmotivando a los muchachos", señaló.

Para explicarlo mejor, dio un ejemplo: "Es que yo tengo que tener a mi hija amarrada, porque si se sale por ahí­ alguien la enamora y se sale con una barriga. ¿Qué mensaje le enví­as a tu hija? Pues, que no sientes confianza en ella, que no es capaz de cuidarse sola. Entonces, es buena para los estudios y para hacer los arreglos en casa, pero no para administrar su vida, bajo supervisión; entonces, es un doble mensaje que les estamos enviando, por lo que hay que evitar esos comentarios".

CUESTIONAMIENTO A LOS AMIGOS

La doctora también dijo que los hijos resienten mucho el interrogatorio que se le hace a los amigos. "Yo puedo no estar de acuerdo con unas amistades de mis hijos, pero otra cosa es desvalorizarlos y cuestionarlos delante de mi hijo de mala manera. Ese que anda en malos pasos, que es piedrero, que es... esa que le dicen... Esa es su amiga. Por eso, ellos llegan a pensar cómo mi madre o mi padre pueden expresarse de esa manera de mi amiga. Esa es la amiga que tu hijo escogió, entonces le estás dando el mensaje que no sirve para una elección. No es el tema de la amistad, sino el mensaje que le enví­as al chico de que no es capaz de tomar una adecuada decisión", explicó la doctora Juana.

Aseguró que es más profundo porque si tú negocias esa parte, el chico va a decir: "la verdad, mi mamá tiene razón, ella va mal en la escuela, él hace esto mal en la escuela; a lo mejor tiene un problema emocional". Así­ se reformula la cosa diferente que cuando confrontas a los adolescentes, acotó. Tómelo en cuenta.

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