Falta un maestro
Evelio tenía muchos talentos, le gustaba cantar mejorana. También dio clases en Samaria-Sinaí. (Foto: Alexander Santamaría y Micaela Alvarado)

Joyce Baloyes | DIAaDIA

Llamaba a gritos la muerte. El vecindario estaba atento en los portales de sus casas y en la escuela; los tristes rostros de los docentes anunciaban una pérdida. Se trataba de la muerte del maestro Evelio Guerra, quien laboraba desde el 2001 en la escuela Villa Milagro en Nueva Libia.

La noticia corrió rápido: "Evelio se ahorcó". Mientras tanto, sus familiares en el cuarto de alquiler donde vivían, en Las Colinas de Cerro Batea, presenciaban la escena. En su puesto de trabajo, sus colegas no se sobreponían a esta pérdida, aunque sabían que estaba enfermo.

¿La razón? Este abnegado docente era paciente con trastornos depresivos y de personalidad, y desde el 2003 era paciente del Programa de Salud Mental de la Caja de Seguro Social. Pese a ello, no era agresivo y con dedicación impartía clases de folclor, dijo Mario De La Cruz, director de la escuela.

EL MOTIVO

Sus amigos aducen que la evasión de Evelio de la realidad se dio por problemas económicos y familiares. En días pasados, tuvo un accidente en su auto y comentó: "ojalá me hubiera muerto allí mismo", explicó la maestra Flor María.

El maestro Luis Batista, que trabaja en la misma escuela, era uno de sus mejores amigos y nunca imaginó que al despertar, no encontraría a Evelio con vida.

Evelio deja a su compañera sentimental, quien al momento de su muerte no estaba en casa, embarazada y a dos pequeñitos, una niña de 6 años y uno de 3, quienes avisaron: "mi papá está amarrado", y todos corrieron a ver lo que sucedía.

CUIDADO

Si usted se siente deprimido, busque ayuda de familiares, sacerdotes, pastores o amigos.

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