A Fernando Alonso (Renault) le tocará sufrir y a Ferrari, con el finlandés Kimi Raikkonen o el brasileño Felipe Massa, le tocará ganar en el Gran Premio de Australia, una carrera diferente en la que los coches italianos casi siempre van bien.
La peculiaridad del circuito de Albert Park, con fuertes frenadas para afrontar sus variantes, exige mucho a los frenos y este año aún más por la ausencia del control de tracción a los neumáticos traseros, y hace que los coches que cuidan más estos elementos, como suelen ser los Ferrari, sean los vencedores.
Para esta primera carrera de la temporada, aunque Renault ha recuperado mucho terreno del perdido la pasada temporada, aún está lejos de poder competir con los Ferrari, que el año pasado lograron la victoria, y los Mclaren-Mercedes, que el pasado año ocuparon el segundo puesto, con el asturiano, y el tercero con el británico Lewis Hamilton.