¿Qué tal, Moza? Espero que sus negocios marchen a las mil maravillas.
La presente es para que me ayude con un lío que no me deja dormir. Soy un hombre muy trabajador, amante del hogar y que todo lo que hace es pensando en su familia.
Hace un año, en mi casa se respiraba felicidad, pero ahora lo que hay son gritos, malas caras y peleas.
Todo esto porque mi esposa tiene nuevas amistades que no me caen nada bien. Son dos amigas que sólo saben estar en la calle y no atender su casa.
Todos los viernes se van las tres y regresan en la madrugada, yo me tengo que quedar con los niños porque ella se va de farra. Cuando llega está ebria y no hace nada al día siguiente, porque está "engomada". Esto me tiene harto, pues veo cómo mi familia se deteriora y no quiero eso, porque la amo con toda el alma.
He conversado con mi esposa y me dice que no hace nada malo, que sólo se divierte, ya que de domingo a viernes se dedica en cuerpo y alma a la casa.
En parte es verdad, pero no puedo aceptar esas parrandas.
Le he dicho que si no cambia, es mejor que terminemos esto y cada uno agarre su camino, pero me dice que ella no se va a ir de la casa porque es de ella.
RODRIGO
Rodrigo, tienes que ser un poco paciente y ver las cosas desde otro punto de vista. No veas las salidas de tu esposa como el fin del mundo, creo que pueden llegar a un acuerdo para que ella salga y tú quedes tranquilo.
Entre esos acuerdos es que salga, pero que no llegue ebria a la casa porque eso daña la imagen que tienen sus hijos de ella. Dile que cambie esas salidas nocturnas por diurnas contigo y tus hijos. Pueden tomar los domingos para ir al cine o al parque o cualquier lugar, lo primordial es que compartan.
En cuanto a las amigas de tu esposa, no debes meterte en esa amistad, pues ser ama de casa no es tarea fácil y necesita conversar temas de hogares.
Compréndela y, si es posible, ayúdala en sus quehaceres. No piensen en la culminación de ese matrimonio, ya que ese problemita se puede solucionar sin pasar a mayores.