El fuerte calor reinante en Melbourne -ayer alcanzó los 39 grados centígrados- preocupa a las escuderías que a partir de hoy competirán en un nuevo campeonato del mundo de Fórmula Uno, porque en las pruebas invernales las temperaturas fueron sensiblemente inferiores.
Fernando Alonso ya avisó de los peligros: "Con la pista caliente es diferente cuando se dan muchas vueltas. El deterioro de los neumáticos es más grande que en las pruebas invernales", dijo.