Su inspiración son sus hijas. Todas las mañanas, desde las 5:00 a.m., Carlos Walliston Martínez, de 58 años, se despierta para preparar ricas chichas naturales que vende en las esclusas de Gatún, en Colón, a los turistas que acuden al lugar.

Él estaciona su carro, un panel blanco, en donde embotella las chichas y las vende acompañadas de dulces de guineo, pastelitos de carne y otros, que compra en una panadería.

Carlos expresó que su meta es que sus hijas, Wendy, de 23 años, que estudia Inglés, y Walkiria, de 21 años, que estudia Tecnología Médica, se gradúen para que sean profesionales y puedan desenvolverse en la vida.

Una de las cosas que más disfruta de su trabajo es que en ocasiones hace de guía turístico, pues los extranjeros le preguntan por el lugar y hasta por la fauna del sitio. "Una vez les expliqué sobre el pájaro tijereta, por suerte sabía algo porque vi información a través de un documental", explicó el comerciante.

Él es nacido en la ciudad de Colón, tierra de la que se siente muy orgulloso. Pero este señor no sólo se dedica a vender refrescos, pues es árbitro de boxeo, hace rótulos, diseños gráficos, tarjetas de presentación, entre otras cosas.

Recordó que antes era camarógrafo de las Fuerzas de Defensa y que también trabajó en un canal nacional de televisión.

"No hay satisfacción más grande que escuchar a mis clientes cuando dicen: "Qué rica chicha, señor", pues enseguida sé que les gusta lo que ofrezco.

Carlos seguirá vendiendo productos hasta que sus hijas se gradúen, y después de vez en cuando, pues es el dueño de su negocio.