Hasta enero del 2011, en el Centro de Cumplimiento permanecían 184 jóvenes, de los cuales 116 eran mayores de edad y los otros 68, menores. Mientras que en el Centro de Custodia, de un total de 220, 29 eran mayores de edad y 191 menores de 18 años. Esto incluye jóvenes mayores de hasta 22 años.

Esto, según Marina Pérez, oficial de derechos humanos de la Unidad de Niñez y Adolescencia de la Defensoría del Pueblo, es una de las causales de hacinamiento en estos centros, y que incita a hechos como el del pasado 9 de enero, en el que la celda que se incendió tenía tres colchones donde debían dormir siete internos ... ¿Cómo dormían?

Explicó que existen centros tanto de custodia como de cumplimiento, en donde urge separar a los jóvenes, para no causar mayores problemas. Precisó que las actividades y programas para ellos deben ser diferentes.

Especificó que los menores de edad que cumplen alguna pena en algún centro de cumplimiento deben ser ubicados dependiendo del delito que hayan cometido.

Esta última medida pudiera variar en casos de jóvenes que pertenecen a alguna pandilla. Igualmente, debe existir una separación entre jóvenes infractores menores de edad y mayores de edad (situación que sí se cumple en el Centro de Cumplimiento de Tocumen).

Partiendo desde este punto, comienza uno de los grandes problemas de los centros de cumplimiento del país. Y esto se ve reflejado en un informe realizado por la Defensoría del Pueblo, luego de los incidentes sucedidos el pasado 9 de enero en el Centro de Cumplimiento de Tocumen, que arroja las irregularidades constantes y algunas sugerencias para mejorar el sistema.