
Azael, al fondo, junto a su grupo de la iglesia.
Azael, al fondo, junto a su grupo de la iglesia.
Azael, al fondo, junto a su grupo de la iglesia.
Siempre está ahí para apoyar a otros adolescentes.
Aquí, mientras cantaba y tocaba el piano.
Azael tiene muchos amigos.
Foto: EVERGTON LEMON
Azael, al fondo, junto a su grupo de la iglesia.
Siempre está ahí para apoyar a otros adolescentes.
Aquí, mientras cantaba y tocaba el piano.
Azael tiene muchos amigos.
Foto: EVERGTON LEMON
Azael, al fondo, junto a su grupo de la iglesia.
Siempre está ahí para apoyar a otros adolescentes.
Aquí, mientras cantaba y tocaba el piano.
Azael tiene muchos amigos.
Foto: EVERGTON LEMON
Azael, al fondo, junto a su grupo de la iglesia.
Siempre está ahí para apoyar a otros adolescentes.
Aquí, mientras cantaba y tocaba el piano.
Azael tiene muchos amigos.
Foto: EVERGTON LEMON
Azael, al fondo, junto a su grupo de la iglesia.
Siempre está ahí para apoyar a otros adolescentes.
Aquí, mientras cantaba y tocaba el piano.
Azael tiene muchos amigos.
Foto: EVERGTON LEMON
Azael este año ingresará a la Universidad de Panamá a la Facultad de Ciencias Naturales Exactas y Tecnología e iniciar su carrera de Tecnología de Química Industrial.
Este joven trata de sacar tiempo para todo y tan ordenado es que toca hasta el piano, que es uno de sus pasatiempos favoritos.
Este medio fue testigo de lo bien que toca el instrumento, cuando se desarrolló la pasada actividad de la Iglesia cuadrangular de Los Andes.
Desde que era un niño, siempre le llamó la atención el canto y al mudarse a Las Cumbres decidió aprender a tocar piano.
Tanto fue su interés que su madre le compró un piano con el que practicaba, más lo que le enseñó Jhony Miloc, un señor que le inculcó los pinitos en el piano.
Por dos años estudió en el Conservatorio de Panamá, donde practicó más el canto y así lo complementó con el piano. Actualmente, asiste a la Iglesia cuadrangular en Los Andes, donde enseña a dos jóvenes para que sirvan de relevo cuando él no esté.
Este chico saca tiempo para sus estudios, la iglesia, sus amigos, sus pasatiempos y su familia.
Más adelante, quiere ser un ministro de Dios y predicar la palabra por todo el país y, si tiene la oportunidad, viajar al extranjero para dar ejemplos de seguir a Dios.
Entre sus metas también está tener su propio laboratorio clínico e industria. Él aconseja a los adolescentes que aprovechen la oportunidad que les dan los padres de aprender, que es el mayor tesoro que les pueden dejar.