Corren peligro.Unas 300 familias que residen cerca las playas de Río Hato y que viven de la pesca artesanal temen ser desalojados y perder su único ingreso económico.
Saturnino Ábrego abogado de los pescadores, dijo que estas familias tienen más 50 años de estar en el lugar y que de la noche a la mañana una persona compra las tierras cercanas y quiere apoderarse de las playas para su utilidad sin pensar en los demás.
En 2003 ya había una orden de desalojo, pero no procedió y según el abogado todo quedó archivado.Ellos tendrán una reunión mañana a las 9:00 a.m para llegar a un acuerdo.