Cristina y Dionisio, ambos de Antón, ahora conocen las letras y pueden escribir su nombre. (Foto: Alexander Santamaría / EPASA)
Kathyria Caicedo
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Más que una historia de amor. Cristina Vásquez, de 57 años y Dionisio Martínez, de 68, son pareja desde hace más de 20 años. Tienen dos hijos. Ellos viven en Cerro Castillo Nº.1, allá en Arraiján. Confiesa Dionisio que él no quería asistir a la escuelita, pero "mi compañera me obligó", dijo. Ella lo convenció diciéndole: "el bien es para nosotros". Dionisio no pudo estudiar, porque tiene una deformidad en sus pies y la escuela le quedaba muy lejos; mientras que su esposa, Cristina, sólo llegó hasta tercer grado, porque sus hermanos también debían ir a la escuela. La realidad de esta pareja cambió desde que formaron parte del programa de alfabetización del MIDES "Yo sí puedo", y ayer fue su graduación.
EL GRAN MOMENTO
La Casa de Adoración Cristiana en Vacamonte se convirtió en el escenario de la graduación de más de 400 personas de todo del distrito de Arraiján.
El acto empezó con la aplaudida participación de Evangelina Cabrera, una indígena emberá, que con 58 años, leyó un discurso escrito por ella, tal como la haría un niño de primer grado. Ella es otra de la beneficiadas del programa. Evangelina fue una de las tantas indígenas graduandas, que en su mayoría eran kunas y emberá.
En la ceremonia, las kunas fueron muy originales, ya que procedían de una misma comunidad y portaban vestidos iguales, como especie de uniforme. Este fue un acto lleno de mucha emotividad, pues ninguno de ellos había pasado alguna vez por una graduación.
ILETRADOS
El último censo de población registra que sólo en la provincia de Panamá hay 30 mil 821 personas que no saben leer ni escribir.