Dicen que la fe mueve montañas. La señora Manuelita Castaños de Smith lleva 50 años viviendo en Betania, y desde niña ha asistido a la Iglesia de Santa Eduviges, ubicada en esta comunidad. Sin embargo, ¿qué misterio guarda su conexión con esta santa?

Cuenta la historia que Santa Eduviges vivió en Baviera, Polonia, durante la Edad Media. Su misión se caracterizó por una gran caridad a la iglesia y a los pobres. La tradición muestra a Santa Eduviges con una casa en la mano. Esto representa la ayuda brindada por la santa en la construcción de hogares de acogida. Sin embargo, la gente relaciona este simbolismo con las necesidades de vivienda, una hipoteca o conseguir un terrenito, explicó el padre Marlo Verar, párroco de la Iglesia de Santa Eduviges en Betania.

MILAGROSO

Cuando la señora Manuelita se casó, no deseaba mudarse de Betania. Por ello, su madre le aconsejó que rezara a Santa Eduviges para que le concediera una casa en ese corregimiento. Y así fue, reveló la creyente. Hace un año, sus tres hijas contrajeron matrimonio y, nuevamente, Santa Eduviges bendijo a cada una con una casa propia.

Hoy, agradecida, ella se dedica a promover las virtudes de la santa.

MAS CURIOSIDADES

En la Iglesia de La Merced en San Felipe, una de las imágenes más reverenciadas es la figura de Santa Eduviges. No obstante, en el templo, la atención se dirige enseguida a las casitas de cartón que se encuentran debajo del ícono.

"Es una tradición. La gente va y deja su casita. Son fieles que le piden una vivienda a la santa", aclaró el señor Luis Frías, encargado de la venta de las velitas en la Iglesia de La Merced.

Se desconoce cómo se trajo la devoción de Santa Eduviges a Panamá. Las autoridades religiosas de Polonia se enteraron de esta devoción presente en nuestro país. En reconocimiento, le otorgaron a la Parroquia de Betania un pequeño pedazo de hueso, que perteneció al cuerpo de la santa, expuso el padre Marlo.

DEVOCION

"No podemos olvidar que los santos nos sirven de ejemplo y no para conseguir cosas", destacó el padre Marlo Verar.