Hoy se celebra en la diversas iglesias cristianas de Panamá y el mundo, la entrada triunfante de Jesús a Jerusalén, según San Mateo, Capítulo 21.
Tradicionalmente, el domingo antes del Viernes Santo, millones de personas se reúnen para recordar este capítulo de la vida de Jesús, mediante procesiones en la que con ramos de palma en mano, se grita ¡Viva! como en la época contemporánea de Jesús .
ÉPOCA TRAS EPOCA
En lugares como Jerusalén se representa esta escena, cuando el Obispo de la Ciudad Santa, se monta en un burro y la gente llevaba a recién nacidos y a los niños a la procesión.
Pero este no es un evento que se dé ahora, en la Roma del siglo IV, esta actividad que en ese entonces se llamaba “Domingo de pasión”; para el siglo XI comenzó la costumbre de la procesión donde en Egipto, la cruz era cargada triunfalmente durante la procesión.
En Francia y España en el siglo VII, se habló de bendiciones de ramos y de la procesión.
Durante la reforma de Papa Paulo VI, después de la Concilio Vaticano II, se unificó la celebración con oraciones y ornamentos comunes. Hoy es imposible imaginarnos un Domingo de Ramos sin procesión y sin lectura solemne de la Pasión, en una misma Eucaristía.
Actualmente, hay tres pasos fundamentales durante esta celebración, según el Misal, para realizar la entrada: una procesión por fuera con todo el pueblo desde un lugar donde se bendicen los ramos hasta la iglesia; la entrada solemne desde la puerta de la iglesia hacia el presbiterio; y la entrada sencilla, dando relieve al canto de entrada.
EN MI PEQUEñO PANAMA
“En la religiosidad popular se consigue un ramito de “Palma Real” y después de la bendición sacerdotal se arma en forma de cruz y se coloca en la puerta de la casa para evitar 20 mil cosas” asegura el padre José Quezada.
Durante la procesión, las personas alzan sus voces con la frase “Hossana al hijo de David, bendito el que viene en el nombre del Señor”.
“Para lo que pretendemos ser discípulos y discípulas de Jesús, este es solo el principio, pues vamos a continuar hasta que Jesús es crucificado”, afirma Quezada.
Este día es importante, porque los cristianos descubrimos a Jesús como el maestro de la justicia. A la luz de la palabra vemos como Jesús, por ser fiel a la voluntad del padre hasta el final, es reconocido por el pueblo”.
El sacerdote recomienda que en esta fecha que vivamos, todos, estos días a la luz de la palabra.
Que nos esforcemos por vivir en comunidad, porque esta es una celebración comunitaria.
Y tercero que empezando este domingo de Ramos, nos preguntemos hasta qué punto estamos dispuestos a colocar la cruz delante de la puerta principal de nuestra casa, para que los vecinos, familiares y amigos puedan conocer que ahí vive una familia que se está esforzando por vivir una vida como la vivió Jesús.