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"Aquellos tiempos..."
Ahora algunos estudiantes exigen busito colegial sus padres, otros caminan largas horas, pero a pesar de eso sacan buenas calificaciones.

Carolina Sánchez P. | DIAaDIA

Los forros de antes. La que vivió la experiencia de forrar los cuadernos con papel de regalo fue Yara Córdoba, quien ahora es madre de un niño que cursará segundo grado.

Ella recordó que inició sus estudios primarios cuando vivía en Darién. Tenía tres hermanos más y su mamá, que era docente, al igual que ella, compraba los cuadernos y juntos los forraban. "Eran cuadernos sencillos que forrábamos con papel de regalo, revistas y con papel plástico, ninguno exigía mucho. De vez en cuando te podía correr el lujo de comprarte algo más caro", relató Yara, quien agregó que nunca acompañó a su mamá a comprar.

Expresó que su madre traía lo útiles necesarios y los repartía entre los cuatro. Hoy día Yara está orgullosa de la educación que recibió, pues todos sus hermanos son profesionales.

HAGALOS ENTRAR EN RAZON

Actualmente, Yara va con su hijo a buscar los útiles, pero le advierte que comprarán los económicos. "Por suerte mi hijo comprende la situación, lo que hago es que le pregunto cuál es su personaje de cómica favorito y entonces compro calcomanías y se las pego en la parte de adelante del cuaderno", dijo.

DATOS SACADOS DEL BAUL

En tanto, José Muñoz, quien forraba sus cuadernos con papel manila, aseguró que para ese entonces la yarda costaba cinco centésimos. Destacó que el estudiante que llevaba sus cuadernos forrados con plástico era un lujo y que en ocasiones se utilizaba el papel periódico para hacer algunos diseños. "Mi mamá no nos compraba maletines, sino que no las hacia de tela", acotó.

Dijo que otros sacrificios que le tocó experimentar era cuando iba en las mañana, junto a sus hermanos, a bañarse al río en verano y en invierno lo hacía con agua lluvia. Otro recuerdo fue que las camisas que usó las heredaban sus hermanos y así sucesivamente con amigos, familiares y vecinos.

Mencionó que para ir a la escuela tenía que caminar mucho de ida y regreso, pero eran momento felices que siempre recuerda en reuniones familiares, por lo que aconsejó a todos los estudiantes que valoren las comodidades que le dan sus padres.





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