Pensé que con el paso del tiempo "cogerían cuerpo", como dice uno de sus conductores, pero no. 'Del dicho al hecho' sigue demostrando que es un programa muy, muy mal hecho. Un programa sin definición, sin sentido de existir, sin coherencia televisiva, sin un "rundown" coherente, sin un contenido que aporte y sin una buena conducción.
Este extraño y mal programa que se produce en RCM, desde hace un tiempo cambió de escenografía y admito que es mejor que la cosa tan horrorosa que antes tenían, sin embargo, su contenido es tan malo como el papel que hace cada uno de los que ahí se sienta.
Partamos que sintonizar ese show es sentarse, por un lado, a perder el tiempo y, por el otro, a ver a cuatro personajes que opinan por opinar. Es como un mal chiste televisivo donde tres de sus compañeros se burlan de la inclinación sexual de uno de ellos y directa e indirectamente emiten mensajes discriminatorios hacia él, pero éste en su nube de la farándula, se los celebra. Tienen una seudo conductora principal que aún cree que está trepada en un carro alegórico pecando desde el minuto uno de prepotente, arrogante, mal educada y malcriada.
Aquí el problema no solo es que sus conductores no sean buenos para este tipo de shows de 'opinión-entertainmet', su mal radica en que ninguno de los cuatro lo hace bien. Ninguno -aunque puedan tener capacidad- transmite credibilidad en lo que dicen. Por mucho que el tema del día sea "serio", verlos a ellos es reírse de la pena. Opinan cual eruditos, cual intelectuales y al segundo vuelven a abrir la boca para destruir todo lo bueno que pudieron haber dicho.
Estos personajes -al parecer- olvidan que hay algo tan sagrado como la opinión. Ellos están ejerciendo ese derecho en un horario prime time en su pantalla que, independientemente, de la poca sintonía que tenga, deberían aprovechar para aportar mediante el entretenimiento. 'Del dicho al hecho' no es un programa de opinión que pueda generar opinión. No es un programa que cuente con talentos que invite a verlos todos los días. No es un programa que al sintonizarlo uno, visualmente, se sienta cómodo. No es un programa donde sus conductores defiendan con respeto su opinión porque llega un punto que en vez de debatir un tema, se dedican a descalificar a su compañero en vez de sustentar su posición con un diálogo inteligente, coherente y con sapiencia que es la más ausente en ese show.
'Del dicho al hecho' bien conducido, bien llevado y con una buena selección de temas y mejores talentos pudo ser el 'as' de esta pantalla, pero no. Decidieron recurrir a lo chabacano, a lo corriente, a creerse los reyes del arroz con pollo, reina montada en un grillo, seudo intelectuales con ademanes de cloaca y a descalificar las opiniones, a irrespetar la opinión de la audiencia y, sobre todo, a hacer una pobre televisión. Punto.
Ya es hora de que producción y programación de RCM se inventen -sin ánimos de burla- un tsunami televisivo en su programación. Que arrasen con todo lo que no sirve, con lo incoherente, con lo corriente. Solo así podemos creerle que son una alternativa porque este show es uno de varios desastres de esa pantalla. Del dicho al hecho sigue siendo una pena. ¡He dicho!