Ser pobre, no sólo significa pasar hambre. Conlleva muchas penurias y sacrificios.
Más aún cuando no hay dónde vivir y se invaden tierras. Éste es el caso de los moradores del sector de La Torre 3, en Las Trancas de Cerro Viento, una comunidad precarista que viene luchando desde hace 15 años para superar sus dificultades.
ENFERMEDADES
Lo principal, el agua potable, no la tienen. Aún no les han instalado tuberías para que les llegue el vital líquido a sus residencias.
Esta comunidad, junto a los otros sectores aledaños que también son precaristas, está ubicada en un cerro bastante alto y empinado, y sus moradores deben bajar caminando varios metros para cargar tanques de agua en una pluma comunal, que está en los terrenos de una vecina.
Debido al almacenamiento de agua, muchos niños están padeciendo enfermedades. Han enviado notas al IDAAN, pero no hay respuestas.
SE LES CAE EL PUENTE
Las calles, a pesar de que están medidas, no las han cortado y mucho menos el MOP las ha asfaltado, según lo manifestó Jorge Samaniego, coordinador del Consejo de Familia de la comunidad.
En verano, las calles levantan mucho polvo y en invierno son intransitables. Los estudiantes utilizan esta calle para ir a la escuela. Para colmo de males, el puente está en mal estado, está ladeado por completo, no tiene barandales para agarrarse y están temerosos de que en cualquier momento vaya a colapsar. Con las lluvias, el agua de la quebrada pasa por encima del puente y quedan incomunicados.
DE MAL EN PEOR
Y si lo anterior no lo resuelven, la titulación de tierras va por lo largo. Samaniego dijo que los terrenos están medidos, pero no han podido concluir los trámites en el Ministerio de Vivienda. Y el sistema de alambrado eléctrico no ha sido ordenado y es peligroso.
PELIGROSO
En las noches, los caminos son oscuros, no hay luminarias y con frecuencia les roban a las personas que vienen del trabajo.
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