Son pequeños artistas. El lente de sus cámaras los lleva a ver el mundo de otra manera. (Foto: ONASIS GONZÁLEZ/ ODALIS OROZCO /EPASA)
Odalis Orozco
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A pesar de vivir en un ambiente de pobreza y con muchas limitaciones, niños de la comunidad de Coco Solo, provincia de Colón, no se detienen en su lucha de superación.
Ellos así lo demuestran con su entusiasmo al exhibir sus trabajos fotográficos en el Museo Afroantillano, ubicado en El Marañón, Calidonia. Fueron 15 menores los que mostraron uno a uno sus trabajos; cada fotografía expresa su sentir diario y sus sueños captados a través del lente de la cámara.
HACEN LA DIFERENCIA
Coco Solo es un sector difícil, donde operan dos pandillas que están en tregua; allí viven familias humildes que luego de varios incendios ocurridos en la ciudad de Colón fueron dejadas en el abandono.
Estas adversidades, contrario a desalentarlos, los llena de ilusión y metas. Todos tienen definidas cuál será la profesión que ejercerán, por eso ponen empeño en sus estudios escolares y en los talleres de inglés intensivo y fotográficos, que les brinda una organización de jóvenes a través de la fotógrafa estadounidense Rose Marie Crowell.
DA EL EJEMPLO
El mayor del grupo está en cuarto año y sabe que tiene que llegar al final, porque él es ejemplo para todos. Él recogía hierro y latas para aportar dinero a su madre y que sus hermanos no pasaran hambre. Además de este apoyo, el pastor Michael Brown lo integró a la escuela, de la que había desertado por varios años.
Hoy, él sabe que solo con el estudio podrá darles un mejor futuro a su madre y sus siete hermanos. Su sueño es ser ingeniero. En su fotografía mostró el puerto de contenedores y sus maquinarias, porque es el paisaje que se ve desde su ventana cada mañana y lo llena de sueños y de ilusión llegar a manejar y trabajar en la logística portuaria.
NO HAN CEDIDO AL BARRIO
Brown, como pastor y tutor del área, expresó que estos jóvenes son un ejemplo del que tiene voluntad puede lograr lo que quiera. Explicó que vienen de hogares con problemas sociales y desintegración. Algunos de ellos, por la situación económica del hogar, habían desertado, pero han logrado incorporarlos nuevamente a clases. Él los ayuda con el pasaje y alimentos, con la única condición y obligación de que asistan al colegio y cumplan con sus deberes. Su mayor orgullo es ver que han avanzado en grado y con buenas notas.
En cada muestra fotográfica se pudo percibir el amor a su hogar, a su familia y la inocencia en cada uno de ellos, a pesar de que provienen de un sitio rodeado de violencia.
HABITANTES
En la comunidad de Coco Solo viven 289 familias en extrema pobreza.