Nos dejó sin palabras con su testimonio y optimismo.
Y es que con el inicio del año escolar son muchos los casos de niños y niñas panameñas que se sacrifican por querer aprender.
Algunos asisten con un sólo cuaderno o pocos útiles, otros sin zapatos y, en casos extremos, hasta sin algo en el estómago.
Quizá estos casos sean más frecuentes en las áreas apartadas, pero la capital no escapa a esa realidad.
El pasado jueves, la niña Jenia Carolina de Alarcón recibió una gran noticia y fue su abuela quien se la dio. La incomodidad que había vivido por cuatro días en esta semana, tendría su final.
Jenia estudia en la Escuela Primaria Severino Hernández y manifestó que "mi mamá no me pudo comprar unos zapatos nuevos para iniciar las clases y aunque me quedaban apretados, yo fui a la escuela así, porque yo quiero ser alguien en la vida".
Sin tantos rodeos así lo enfatizó con mucha seriedad. También dijo que quiere ser una educadora para ayudar a los niños a leer y escribir.
Ella fue beneficiada con la entrega de zapatos y útiles escolares que realizó la Junta Comunal de Mateo Iturralde de San Miguelito.
El concejal de esa comunidad, Roberto Butcher, dijo a DIAaDIA que se beneficiaron cuatrocientos estudiantes con esta iniciativa, que tuvo el apoyo del Despacho de la Primera Dama y el Municipio de San Miguelito.
En este corregimiento hay cinco escuelas y se eligió a personas de escasos recursos.
EQUIPADOS
400 alumnos asistieron a cambiar los zapatos que usaron el año pasado por unos nuevos.
Se fueron felices.
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