Hubo momentos de tensión... momentos de tranquilidad... momentos de mucho amor... momentos especiales antes y después de la victoria por nocaut técnico, en nueve asaltos, del panameño Celestino "Pelenchín" Caballero sobre el mexicano Ricardo "Piolo" Castillo, el viernes en la noche.

Momentos inolvidables, como aquella llamada que realizó "Pelenchín" a Panamá, para escuchar la voz de los que son hoy por hoy, sus fuentes principales de energía: sus hijos.

Instalado en la habitación 754 del séptimo piso del Hotel Seminole Hard Rock, "Pelenchín" tomó el teléfono y, sin vacilar, llamó a ciudad de Panamá.

Mientras que Mitzelda, su esposa, se acostaba en la cama para escuchar la conversación, el gladiador colonense expresó toda su alegría, cuando al otro lado del teléfono contestó su hija mayor, Nayibeth (8 años)

"¿Cómo estás mi amor? ¿Qué te pareció la pelea? Me alegro que te haya gustado la pelea. Recuerda que te quiero mucho", declaró Caballero, mientras pedía hablar con otro de su hijos.

"Naybelis (6 años), mi amor. Te amo mucho. ¿Oraste mucho por mí? Te amo corazón", expresó el campeón de las 122 libras de la AMB.

Por último apareció en escena, en el hilo telefónico, Jaik (9 años).

En esta conversación, salió a relucir las verdaderas razones por la que Caballero se calza los guantes.

"¿Qué pasó campeón? ¿ Por qué lloraste? No te preocupes hijo, yo estoy bien. Recuerda que yo peleo por ustedes. Esto es por ustedes. Yo también te quiero mucho", confesó con mucho amor "Pelenchín".

Así terminaría esta conversación, llena de mucho amor y humildad, donde su protagonista principal es considerado hoy por hoy "El campeón del pueblo", Celestino "Pelenchín" Caballero.

ACLARACION DE ORO

Luego de la conversación con sus hijos, "Pelenchín" abrazó con mucha fuerza a su esposa Mitzelda e inmediatamente se tomó su tiempo para declararle a Editora Panamá América (EPASA), algunas cosas que quizás muchos criticaron en Panamá, luego de su victoria por nocaut técnico en la Arena del Seminole Hard Rock.

"¿Por qué no implantaste desde el principio tu mayor alcance y tu mejor boxeo", le preguntó EPASA.

Con humildad, "Pelenchín" dio su respuesta.

"Como siempre, el primer asalto es el mío. Por eso fue que durante los primeros minutos salí a la pelea cuerpo a cuerpo, para saber si el mexicano tenía algo en su pegada. Ricardo Castillo me tiró a los brazos, cuando tenía la guardia arriba. Ahí supe que el mexicano no tenía pegada", enfatizó.

La seguridad que irradiaba "Pelenchín" en sus palabras, tenían cien por ciento el apoyo de su entrenador principal, Francisco Arroyo.

"En los combates hay que estudiar al rival. Luego del primer asalto, nos dimos cuenta de que Caballero podía ganar peleando afuera o adentro", comentó Arroyo.

LESION EN EL TERCERO

Nuevamente, "Pelenchín" tomó la batuta y aclaró una lesión que le impidió desarrollar todo su boxeo.

"A la mitad del tercer round me torcí el tobillo de mi pierna derecha. No te imaginas lo mucho que me dolía, a pesar de que muchas veces bailaba en el ring. Tenía un enorme dolor en el tobillo, pero lo soportaba de hombre, porque quería ganar", explicó.

Añadió que "desde el cuarto round sabía que Ricardo Castillo no me podía ganar. Y así lo demostré, porque me fajé y gané. No fue un triunfo cualquiera, porque gané por nocaut", dijo.

Así terminó la conversación con EPASA, la noche del viernes, antes de que "Pelenchín" tomara un avión para llegar ayer a Panamá.

PLANES FUTUROS

Muy temprano en la mañana de ayer, precisamente, a la hora de desayunar, "Pelenchín" habló sobre sus planes futuros.

"Quiero unificar mi título. Ojalá que Rafael Márquez se atreva a unificar su cetro mundial conmigo", comentó Caballero.

Actualmente Márquez es el campeón de la división Súper Gallo del Consejo Mundial de Boxeo (CMB).

PUNTUACION DE LOS JUECES

Antes de que "Pelenchín" le ganara al mexicano Ricardo Castillo en el noveno asalto, los tres jueces tenían por delante al panameño en las tarjetas: 79 por 72.

Así lo confirmó ayer el presidente del Comité de Clasificaciones Mundiales de la AMB, el panameño José Oliver Gómez.

Los jueces del combate fueron los norteamericanos Mike Ross y Rocky Young, y el canadiense Hubert Earle, mientras que el tercer hombre del ring lo fue Telis Assimenios.