La pelea de gallos es un tema muy sensitivo y polémico entre las organizaciones protectoras de animales, autoridades y quienes se dedican a la cría de gallos de combate.
Algunos lo consideran un deporte; otros, una afición o parte de la cultura de un pueblo, pues hay familias que heredan este oficio de generación en generación.
Los galleros panameños temen que, de restringirse esta afición, entrarían en un ambiente de clandestinidad. Sin embargo, hay quienes le dedican a los gallos mucho empeño. Se preocupan por mejorar su genética y exportarlos para conservar la especie.
HAY PREOCUPACION
Para Gabriel Barrios, representante de la Sociedad Protectora del Gallo de Combate, en Panamá existe mucha preocupación en los ciudadanos que se dedican a este oficio, ya que en los lugares en que se ha prohibido las peleas de gallo, han acabado con la especie, pues este animal es único, dijo.
"Yo me considero conservador y preservador de la especie y por eso los llevo a pelear. Yo no soy ni jugador, porque no apuesto dinero, ni tomo trago. Me interesa conservar la especie", recalcó.
¿SON MALTRATADOS?
Barrios expresó que los gallos de pelea necesitan un cuidado y tratamiento especial.
Afirmó que cría gallos de combate por amor y respeto a estos animales, y no se considera cruel con llevar a los gallos al ruedo, puesto que esa es su naturaleza.
¿Y LA RECREACION?
Barrios argumentó que si en Panamá se prohíben las peleas de gallo, qué va a hacer la gente de San Félix, en Chiriquí; de Bejuco, de Chame; de Calobre, en Veraguas, o en La Palma, de Darién, que son comunidades que se recrean los fines de semana con esta actividad.
¡A TOMAR CARTAS EN EL ASUNTO!
"Cuando quieran prohibir las peleas de gallo, entonces que cada legislador se preocupe por colocar en sus comunidades un teatro, que haya un parque de diversiones o un lugar sano de esparcimiento, donde las personas puedan realizar algo los sábados", solicitó.
Pero como no existen estos centros de esparcimiento en esos poblados, hay panameños que no dejan de asistir a los llamados coliseos gallísticos. Allí, los galleros gritan y vitorean en apoyo a sus gallos, además de la adrenalina que experimentan los espectadores. El consumo de licor y las apuestas no faltan en las galleras.
Pero, para el representante de la Sociedad Protectora del Gallo de Combate, más se consume licor en los juegos de béisbol o de fútbol y las críticas no son tan duras.
POCAS PELEAS ENTRE GALLEROS
Informó que un dato curioso de las galleras es que los medios de comunicación no reportan en sus noticias, con frecuencia, actos de violencia en las galleras. Calculó que si acaso hay una cada diez años.
Esta agrupación considera que las peleas de gallo son parte del folclor, y aducen que eso lo respalda la Constitución Nacional, que defiende las raíces y cultura de un país. Los galleros alegan que las peleas de gallo forman parte de una cultura, del folclor nacional.
¿TIENEN DERECHOS?
De acuerdo con miembros de la Sociedad Protectora del Gallo de Combate, "los animales no tienen derechos, eso es un cuento, el derecho es un concepto filosófico, moral, universal y abstracto, pues cuando se tienen derechos, se tienen obligaciones".
"Cómo le explicamos al tigre que tiene derecho a la vida y que no se puede comer al venado y que respete el derecho a la vida del venado", cuestionó Barrios.
Admitió que los animales tienen un propósito y un lugar en la naturaleza, refiriéndose a la cadena ecológica.
"Lamentablemente, nuestros legisladores, en vez de legislar, los ciudadanos legislan para animales", acotó. Las peleas de gallos son consideradas como un atentado contra la vida silvestre, pues los gallos de pelea no se consideran domésticos.
LO CURIOSO
Algunos panameños, al ver los gallos muertos luego de un combate, optan por prepararlos para comerlos. No obstante, se pudo conocer que el gallo de pelea no sirve para carne, porque cada uno de esos animales pesa de 3 a 4 libras y es un gallo de carne dura, porque es un gallo atleta. En tanto, las gallinas son muy malas ponedoras, ponen entre cinco y seis huevos.
Para poder sacarle provecho, hay que ponerlo varias horas a hervir.
Los gallos pueden vivir de ocho a diez años fructíferos, y las gallinas alrededor de unos 6 años.
Los galleros estiman que dentro de 50 años, no habrá gallos de esta especie.
Finalmente, los galleros temen que si se suspenden las peleas de gallos, entonces continuarán con las corridas de toros y las competencias de lazo. Ante la posibilidad de formar un gremio, se conoció que no existe uno, pero que están dispuestos a pagar los impuestos necesarios y a que se regule la actividad. Además, si se organizaran estarían afiliados al Instituto Nacional de Deportes (INDE).
LA OTRA CARA
Por su parte, Ariel Sucre, de la Fundación Humanitas, dijo que organizaciones ambientalistas y conservacionistas consideran como una crueldad, cualquier situación que le cause estrés a los animales.
Está mal que se utilicen animales con fines de lucro, o los entrenan para esos propósitos, reiteró.
Puso de ejemplo, que un pollito de un gallo campeón puede costar hasta un millón de dólares, por lo que hay todo un mundo subterráneo de intereses, precisó.
"Es cierto que muchas legislaciones sobre este tipo de eventos, lo vinculan con una tradición", acotó.
Explicó que el Artículo IV de la Constitución Nacional señala que Panamá, acata todos los convenios internacionales suscritos en materia de derechos; en este caso, la Declaración Universal de los Derechos del Animal, suscrita en Londres el 23 de septiembre de 1977, bajo la UNESCO y las Naciones Unidas. Esta medida se incorporó al sistema legal panameño en 1992.
Sucre expresó que esta "Declaración es poco conocida por los abogados, y muchas veces es obviada por las autoridades, no por mala fe, sino por desconocimiento".
GRANDES GALLEROS
A los presidentes de los Estados Unidos y al general Omar Torrijos, entre otros, les gustaba esta práctica y en el interior es muy comentado el monseñor Aurelio García, en Aguadulce.
Se informó que en los Estados Unidos, los gallos no se consideran como especies domésticas; en Panamá, también tienen una vida silvestre.
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