El compromiso de darle cobertura a las finales de los Torneos Nacionales de Béisbol Preintermedio e Intermedio ocupó todo nuestro tiempo ayer en el diario y, por esa razón, no pude dar mi punto de vista sobre el robo descarado de victoria que fue víctima el sábado el mexicano Juan Manuel Márquez ante el filipino Manny Pacquiao.
Y es que jamás podré aceptar que Pacquiao fue el ganador.
Al darse este tipo de resultados, aumenta más mi teoría de que existe una mano negra en el boxeo que premia a los gladiadores que representan un negocio de grandes sumas de dinero.
Ese es el caso de Pacquiao, quien ahora ha dicho que subirá a las 135 libras, porque su promotor Bob Arum ya tiene acuerdo para que combata con el norteamericano David Díaz, por el cinturón ligero del Consejo Mundial de Boxeo (CMB).
Considero que Pacquiao es consciente que Juan Manuel ha sido el rival mexicano que más lo ha castigado hasta el momento y sabe que volverlo a enfrentar sería un tremendo dolor de cabeza.
Así lo dio a entender cuando rechazó una oferta de seis millones de dólares que le hizo la promotora Golden Boy Promotions para una tercera pelea contra el mexicano.
Volviendo a la pelea del sábado, nadie puede negar que Juan Manuel conectó el mayor número de golpes y con una gran precisión. He escuchado a muchos decir que la caída en el tercer asalto que sufrió Juan Manuel pudo ser definitiva. Sin embargo, hoy les vuelvo a aclarar públicamente que las peleas no son de un round, son de 12.
A pesar de que existe una gran presión de los amantes del boxeo por ver una tercera pelea, ya Pacquiao ha dicho que el negocio contra Juan Manuel se acabó.