
La orina puede cambiar de color de acuerdo a lo que ingerimos.
La orina puede cambiar de color de acuerdo a lo que ingerimos.
La orina puede cambiar de color de acuerdo a lo que ingerimos.
La orina puede cambiar de color de acuerdo a lo que ingerimos.
La orina puede cambiar de color de acuerdo a lo que ingerimos.
La orina puede cambiar de color de acuerdo a lo que ingerimos.
La orina puede cambiar de color de acuerdo a lo que ingerimos.
El color de la orina depende de varios factores. El color natural de la orina varía de amarillo muy claro hasta oscuro. Cuanto más hidratada se encuentre la persona (más agua tenga en su cuerpo), más clara será su orina. En nuestro país en un día caluroso, es normal que al orinar observemos una orina más oscura. Un color marrón o amarillo oscuro normalmente implica una orina extremadamente concentrada, debido a la poca cantidad de agua para diluirla. No es indicativo de una enfermedad de forma aislada y mucho menos si es un hallazgo independiente. La orina puede cambiar de color de acuerdo a lo que ingerimos, por ejemplo, algunos colorantes que se añaden a los alimentos, medicamentos como amitriptilina, propofol e indometacina pueden producir una orina verde; incluso algunas bacterias pueden producir una orina verdosa.
Una orina de color rojo puede deberse a laxantes, rifampicina, pyridium, vitamina B, remolacha y moras. Más comúnmente se debe a infecciones urinarias, que producen liberación de sangre (glóbulos rojos o eritrocitos) en la orina, al igual que puede ocurrir si se toman anticoagulantes como warfarina y heparina, que pueden llevar a la hematuria (sangre en la orina) y consecuentemente a la orina rojiza.
Otros medicamentos son capaces de causar una coloración que simula la hematuria, por ejemplo: antineoplásicos, antimaláricos, deferoxamina, fenolftaleína, la levodopa y la metildopa, nitrofurantoína, fenitoína y el sulfametoxazol. Una enfermedad llamada metahemoglobinemia también puede ser la causa. Si la persona está bien hidratada, la orina roja puede quedar diluida por el agua y presentarse más rosada o anaranjada.
Los glóbulos rojos pueden llegar a la orina desde diferentes lugares. Si es por lesión de los glómerulos (unidad básica de funcionamiento del riñón) puede ser debido a una inflamación del mismo, llamada glomerulonefritis, que puede ser infecciosa o no infecciosa. También se puede dar esta situación en personas que abusan de analgésicos, que tienen anemia falciforme o problemas para la coagulación de la sangre.
Otra causa más o menos frecuente de sangre en la orina es la litiasis renal, (piedras en el trayecto del sistema urinario), pero en estos casos suele estar acompañado de un dolor cólico renoureteral.
Si el sangrado por la orina es con coágulos, lo más probable es que su origen esté en la vejiga (inflamación de la vejiga o cistitis). Esta infección tendrá como las otras que afectan este sistema, alguno de los siguientes síntomas: dolor y dificultad para orinar, frecuencia urinaria (que es la urgencia frecuente para orinar pequeños volúmenes de orina) y, a veces, la incontinencia urinaria. En casos menos frecuentes puede haber masas en la vejiga que produzcan sangrado.
Si la próstata sangra, se verá una orina de color rojo y puede ser debido a una prostatitis, hipertrofia benigna de próstata o incluso cánceres de próstata.
El sangrado de la uretra es causado por uretritis o estenosis uretral y es casi exclusivamente masculino. Son muy raros los tumores de la uretra.
Algunos medicamentos pueden causar hematuria, por ejemplo: cefalosporinas, la penicilina, fenitoína, antiinflamatorios no hormonales, ciclofosfamida y anticoagulantes.
Otros medicamentos son capaces de causar una coloración que simula la hematuria, por ejemplo: antineoplásicos, antimaláricos, deferoxamina, fenolftaleína, la levodopa y la metildopa, nitrofurantoína, fenitoína, y el sulfametoxazol.
La orina roja es un tema para que el médico investigue la causa, más aún si es un fenómeno que se mantiene el tiempo. Siempre ante dudas sobre su salud acuda a un médico de confianza.