
Los niños eran felices mientras estaban en vigilia.
Fotos: ROBERTO BARRIOS
Los niños eran felices mientras estaban en vigilia.
Fotos: ROBERTO BARRIOS
Los niños eran felices mientras estaban en vigilia.
Fotos: ROBERTO BARRIOS
Infantes han llegado a la capital para conocer y degustar cosas nuevas.
En diversas partes del Parque Legislativo los niños duermen.
Fotos: ROBERTO BARRIOS
Para no aburrirse, los pequeños indígenas se las ingenian para divertirse.
Cómodamente disfrutan de un refresco.
No esperan para desempeñarse como indígenas vigilantes.
Con la presencia de los niños, la familia ngäbe-buglé se une.
Las madres amamantan a sus niños mientras protestan.
En la vigilia había un bebé de tan solo seis meses.
Otros niños aprovechan para ayudar en la cocina.
Inventan cualquier juego mímico para distraerse.
Los niños son ángeles que llenan de alegría al Parque Legislativo.
Con la vigilia, han aprendido a ser pequeños combatientes.
Cuando el ambiente se puso tenso, los niños tuvieron que abandonar el Parque Legislativo.
Los niños eran felices mientras estaban en vigilia.
Fotos: ROBERTO BARRIOS
Infantes han llegado a la capital para conocer y degustar cosas nuevas.
En diversas partes del Parque Legislativo los niños duermen.
Fotos: ROBERTO BARRIOS
Para no aburrirse, los pequeños indígenas se las ingenian para divertirse.
Cómodamente disfrutan de un refresco.
No esperan para desempeñarse como indígenas vigilantes.
Con la presencia de los niños, la familia ngäbe-buglé se une.
Las madres amamantan a sus niños mientras protestan.
En la vigilia había un bebé de tan solo seis meses.
Otros niños aprovechan para ayudar en la cocina.
Inventan cualquier juego mímico para distraerse.
Los niños son ángeles que llenan de alegría al Parque Legislativo.
Con la vigilia, han aprendido a ser pequeños combatientes.
Cuando el ambiente se puso tenso, los niños tuvieron que abandonar el Parque Legislativo.
Los niños eran felices mientras estaban en vigilia.
Fotos: ROBERTO BARRIOS
Infantes han llegado a la capital para conocer y degustar cosas nuevas.
En diversas partes del Parque Legislativo los niños duermen.
Fotos: ROBERTO BARRIOS
Para no aburrirse, los pequeños indígenas se las ingenian para divertirse.
Cómodamente disfrutan de un refresco.
No esperan para desempeñarse como indígenas vigilantes.
Con la presencia de los niños, la familia ngäbe-buglé se une.
Las madres amamantan a sus niños mientras protestan.
En la vigilia había un bebé de tan solo seis meses.
Otros niños aprovechan para ayudar en la cocina.
Inventan cualquier juego mímico para distraerse.
Los niños son ángeles que llenan de alegría al Parque Legislativo.
Con la vigilia, han aprendido a ser pequeños combatientes.
Cuando el ambiente se puso tenso, los niños tuvieron que abandonar el Parque Legislativo.
Los niños eran felices mientras estaban en vigilia.
Fotos: ROBERTO BARRIOS
Infantes han llegado a la capital para conocer y degustar cosas nuevas.
En diversas partes del Parque Legislativo los niños duermen.
Fotos: ROBERTO BARRIOS
Para no aburrirse, los pequeños indígenas se las ingenian para divertirse.
Cómodamente disfrutan de un refresco.
No esperan para desempeñarse como indígenas vigilantes.
Con la presencia de los niños, la familia ngäbe-buglé se une.
Las madres amamantan a sus niños mientras protestan.
En la vigilia había un bebé de tan solo seis meses.
Otros niños aprovechan para ayudar en la cocina.
Inventan cualquier juego mímico para distraerse.
Los niños son ángeles que llenan de alegría al Parque Legislativo.
Con la vigilia, han aprendido a ser pequeños combatientes.
Cuando el ambiente se puso tenso, los niños tuvieron que abandonar el Parque Legislativo.
Los niños eran felices mientras estaban en vigilia.
Fotos: ROBERTO BARRIOS
Infantes han llegado a la capital para conocer y degustar cosas nuevas.
En diversas partes del Parque Legislativo los niños duermen.
Fotos: ROBERTO BARRIOS
Para no aburrirse, los pequeños indígenas se las ingenian para divertirse.
Cómodamente disfrutan de un refresco.
No esperan para desempeñarse como indígenas vigilantes.
Con la presencia de los niños, la familia ngäbe-buglé se une.
Las madres amamantan a sus niños mientras protestan.
En la vigilia había un bebé de tan solo seis meses.
Otros niños aprovechan para ayudar en la cocina.
Inventan cualquier juego mímico para distraerse.
Los niños son ángeles que llenan de alegría al Parque Legislativo.
Con la vigilia, han aprendido a ser pequeños combatientes.
Cuando el ambiente se puso tenso, los niños tuvieron que abandonar el Parque Legislativo.
Los manifestantes estaban esperando a que se apruebe el proyecto de ley 415, que prohibe la exploración y explotación minera, así como la cancelación de todas las concesiones mineras e hídricas en la comarca Ngäbe-Buglé, en las zonas anexas y adyacentes.
Alba Pedrol, vocera de la masa popular en la comarca Ngäbe-Buglé, destacó que los panameños se han solidarizado con los que están en vigilia y les han donado alimentos y ropa, ya que están lejos de su pueblo.
En la vigilia no ha faltado la presencia de infantes, quienes juegan alegremente por todo el Parque Legislativo, aprovechan para adquirir conocimientos de los mayores y de todas las personas de buen corazón que pasan por el sitio.
Debido al ambiente tenso que se ha vivido en los últimos días en el lugar, los padres de los niños se han visto en la necesidad de llevárselos, a la vez que la comida empieza a escasear por la duración del diálogo. Sin embargo, esto debe cambiar luego de que la noche del pasado jueves el acuerdo se dio.
Pedrol lamentó que algunos niños este a no han asistido a la escuela, porque sus padres fueron despedidos por ser de la etnia ngäbe-buglé y no tener el recurso económico.