La cortesía es contagiosa en su local. Su entusiasmo no sólo es por poder trabajar, sino que gracias a su trabajo, puede mantener a su familia honestamente, y ofrecer un servicio a los demás.
Así se describe Alejandro Ramos, de 33 años, quien se ha dedicado de lleno a la economía informal desde hace veintiocho meses debido a la falta de empleo. Pensó bien las cosas y concluyó que tenía una responsabilidad con su hogar por eso es buhonero, dijo.
Tiene dos hijos que gracias a este trabajo, este año, el más chico cursará el cuarto año de bachiller, y el otro iniciará su primer año de estudios superiores. Su esposa Mireya es secretaria. Todos le apoyan y han unido esfuerzos para hacer de su hogar en El Chorrillo un lecho de comunicación y armonía.
Ramos comentó que, anteriormente, fue botón en el Hotel Riande Aeropuerto donde laboró dos años.
Su local está ubicado en la intersección entre calle K de Santa Ana y la Avenida Central, allí se encuentra frutas y vegetales frescos traídos desde el interior del país, especialmente de la región de Cerro Campana, indicó.
Junto a él participan dos compañeros en este puesto, y prestan un servicio las 24 horas con mucha gentileza.
|