Lo dejó todo para seguir a Cristo. A sus 31 años, José Eduviges Brutua Murillo fue ordenado como diácono en la parroquia Cristo Hijos de Dios de Samaria el jueves 17 de marzo de 2005.

Y mientras muchos panameños piensan que las vocaciones a la vida consagrada están en la cuerda floja, este joven demuestra lo contrario. El hoy diácono es nativo del sector 2 de San Martín, en Samaria, y para su mayor satisfacción, trabajará durante su diaconado en la parroquia que lo vio crecer, cosa que no ocurre con todos los consagrados, pues se alega que nadie es profeta en su propia tierra.

José Eduviges dijo a DIAaDIA que su inquietud vocacional nació con las motivaciones del reverendo Reynaldo Jesús Caramañites, en 1987, cuando era miembro activo del grupo juvenil. Muchos de sus amigos le decían que iba a ser padre, pero él les respondía que no era digno. "Pero el Señor llama a quien quiere y cuando quiere", dijo.

En 1996, a sus 23 años, entró al Seminario Mayor San José. Este paso no fue nada fácil. "Yo era un joven como todo adolescente, fanático del deporte, y hasta tenía mi noviecita. Estudiaba el II año de la carrera de Educación Física en la Universidad de Panamá", señaló Brutua. Pero el "llamado" seguía latente y cada vez más fuerte. "Quería responderle a Dios, pero no sabía cómo y sentía temor". No obstante, la jornada vocacional aclaró sus dudas.

El ordenado manifestó que su experiencia a lo interno del Seminario fue una experiencia completa, refiriéndose a los cuatro vientos que soplan en ese centro de formación: en la vida académica, comunitaria, espiritual e intelectual.

Aura de Brutua y José Brutua dijeron estar contentos de esta bendición de Dios en sus vidas. Ambos coincidieron en que lo mejor en este caso es brindarle apoyo a sus hijos. Compartieron que antes sólo eran cristianos domingueros, ahora sirven al Señor tiempo completo. Sus familiares y amigos que dudaban de tal vocación, ayer también se regocijaron de tal bendición.