"Mamita, mamita, los zapatitos me aprietan". Normalmente, los niños en su primer día de clases se quejan de que los zapatos les quedan apretados o que les han formado vejigas y esta situación se puede convertir en un problema. Si éste es su caso, preste atención a estos consejos:
Si ya compró los zapatos y el niño se queja de dolor, procure ponerles toda la noche bastantes papeles mojados. Esto hará que el cuero ceda un poco. Si aún así el niño se queja de que le quedan apretados, procure ponerle medias más delgadas y quitarle las plantillas.
Recuerde que las plantillas hacen que el zapato ajuste más. Si los zapatos son de cordones, suéltelos un poco y procure que el niño se acostumbre a ellos. Con estos datos esos zapatos no le apretarán más.
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