La maldad pareciera tomar mayor campo en nuestros días. ¿Dónde están los valores familiares?
Prueba de ello es la acción que tomaron tres sujetos que llegaron a la casa del anciano Domiciano Ortega Cárdenas, residente en la calle principal de Cerro Batea, San Miguelito, aproximadamente a las 2: 30 a.m. de ayer.
"NO QUIERO TRAGOS EN MI CASA"
¿Qué le ocurrió? A esa hora, los individuos llegaron a su casa y lo invitaron a tomarse un par de tragos, además de "quemar unos cuantos blancos y amanecer bien detonados", relató el señor.
INVADIDO POR EL HUMO
Domiciano rechazó esa propuesta. Eso le costó muy caro, pues se acostó a dormir y al rato sintió un olor a humo y al abrir la puerta encontró que los pillos le habían prendido la base de la puerta de su casa improvisada de madera y hojas de zinc.
Inmediatamente buscó agua y lo apagó. "Por suerte, la candela era pequeña y no tenía mucha fuerza", enfatizó.
PAGO FUE SU HERMANO
Eso lo enfadó mucho y quedó con la zozobra de que algo podía ocurrir, pero volvió a recostarse un rato.
Cuarenta y cinco minutos más tarde descubrió que la casa de su hermano, construida a base de los mismos materiales que la casa de Domiciano, estaba en llamas, pero no había nadie bajo ese techo.
Los camisas rojas llegaron a tratar de sofocar el incendio, pero fue demasiado tarde. Sólo había pequeñas humaredas.
¿SEGURIDAD?
Los vecinos dijeron que no hay mucha vigilancia policial en el día en esa área y menos en horas de las noche.
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