Una conversación típica en nuestros hogares sería:
- Mamá: José, ¿por qué no me dijiste que habías salido mal en matemáticas cuando te pregunté?
- José: Guarda silencio.
- Mamá: Chiquillo bruto, eso te pasa por no estudiar y encima te pregunto y no me dices la verdad.
Minutos después suena el teléfono.
- Mamá: Josecito, contesta y si es para mí, di que no estoy.
¿Imaginan ustedes de dónde viene la inclinación de José de ocultar o mentir sobre ciertas cosas?
Los tiempos han cambiado, el modernismo y la tecnología han llegado; en resumen, todos los días se habla de los avances y de las mejoras para la calidad de vida de los hombres; pero, ¿qué pasa con la calidad de ser humano con la que se está formando a los niños y jóvenes? ¿Los conceptos sobre la moral y la ética se han perdido realmente? ¿Sobre los hombros de quién recae esta misión? ¿Son los padres, los maestros, o los medios de comunicación los responsables?
ANTAñO
Los abuelos siempre dicen que antes las cosas eran mejores. Los hijos obedecían a sus padres, los niños respetaban a los adultos y el sentido de responsabilidad les era inculcado desde muy pequeños, a través de tareas que los preparaban para su vida adulta.
Luego de una gran rabieta con uno de sus nietos, la señora Aurora evoca aquella época cuando los niños no tuteaban a sus abuelas y respetaban su palabra por considerarlas personas sabias.
"Ahora los jóvenes creen que lo saben todo, cuando uno se sienta a hablar con ellos para explicarles las cosas, empiezan a decir que uno los sermonea", afirma doña Aurora, a quien le ha tocado criar a cinco hijos varones y ayudar en el cuidado de varios de sus nietos.
Marcial Riquelme, padre de un varón, asegura que en estos tiempos la rebeldía se ha tomado la vida de los jóvenes. Para él, todo responde a que, en la actualidad, los padres les temen a sus hijos.
Los cambios que ha sufrido la sociedad han llevado a esto. Por ejemplo, Marcial sostiene que desde el momento en que se tomó la decisión de dar cédula a los jóvenes a los 18 años, éstos se sintieron adultos muchos años antes y, en cierta forma, se les dio rienda suelta para hacer lo que les viniera en gana, desautorizando la figura del padre, mediante una prematura adultez.
"A los 18 años, los jóvenes no saben absolutamente nada todavía", dice Riquelme. Igualmente, censura la Ley de protección al menor, por restringir al padre de dar los correctivos necesarios.
Unos de los más señalados, al momento de culpar por los problemas que existen en la sociedad, son los educadores. Desde el punto de vista de éstos, la educación se ha convertido en una férrea lucha contra elementos que a diario están en la sociedad y que son expuestos a través de los medios de comunicación promoviendo, de esta manera, antivalores.
SU LABOR
Sonia Suárez, Profesora de Español y Secretaria General del MEDUCA, afirma que cada pedagogo debe cuidar de que sus estudiantes se eduquen integralmente, tratando de que cada cátedra incluya elementos que ayuden a formarlos, a un nivel tanto educativo como personal.
"Yo pienso que los mismos educadores no están motivados para esa enseñanza; sin generalizar, parte de los educadores están más preocupados por sus asuntos personales que por mejorar un poco más la educación de los estudiantes", aseguró Suárez.
Por su parte, Javier Poveda, profesor de Ética y Moral del Instituto Fermín Naudeau, dijo que los valores deben ser explicados y aplicados desde el hogar y que una de las mayores deficiencias es que las familias se han creado de una manera irresponsable. "A veces los padres son muchachos tan jóvenes, que ni ellos mismos han podido aprender los valores en su casa, nadie da lo que no tiene", afirma Poveda.
UNA LIMITANTE MAS DENTRO DEL PROCESO ENSEñANZA -APRENDIZAJE
El sociólogo, Raúl Leis, es fiel creyente de que las escuelas tienen un gran potencial para la enseñanza de valores. "La escuela puede hacer mucho, pero no puede hacer todo, debe haber una coalición ética entre todos los sectores para trabajar el tema de los valores", señala.
Al preguntarle por los principales antivalores percibidos en la sociedad, éste respondió que "la típica percepción de que el fin justifica los medios es la que más identifica a la nuestra. Igualmente, la desintegración y la violencia del núcleo familiar".
Aun cuando las críticas son generalizadas, estos tres profesionales coinciden en que los valores no han desaparecido, simplemente hay que retomarlos, mediante nuevas actitudes y acciones conscientes.
RELACION PADRE E HIJO
"Los padres de ahora no están acostumbrados a besar y abrazar a sus hijos, ni a reconocer cuando hacen cosas buenas", asegura la profesora Suárez, quien explica que la falta de valores también viene del irrespeto que hay por parte del padre hacia el hijo, mediante los gritos, el insulto y el abuso de autoridad.
Al preguntar al Lic. Leis sobre las variaciones de trato de hijos hacia padres, éste dijo que hay que reconocer que antes el modelo familiar lograba mantener cierto orden, sin embargo, resultaba muy autoritario. "Esa familia fracasó y dio lugar a lo que vivimos ahora, lo que hay que buscar es otra manera de hacer esta relación; el que un hijo trate de usted o no a su padre, es secundario, lo que hay es que acercarse a los hijos para poder comunicarse con ellos. Pero si los padres no tienen esos valores, entonces qué es lo que les van a trasmitir", agregó Leis.
FAMILIA
Se percibe la desintegración familiar, como un caldo de cultivo para formar jóvenes sin principios.
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